M.ª del Carmen Cazorla Vivas & M.ª Ángeles García Aranda & M.ª Pilar Nuño Álvarez (eds.): Lo que hablan las palabras. Estudios de lexicología, lexicografía y gramática en honor de Manuel Alvar Ezquerra. Lugo: Axac, 2019, 585 pp.
ISBN: 978-84-92658-70-1
Lo que hablan las palabras. Estudios de lexicología, lexicografía y gramática en honor de Manuel Alvar Ezquerra es el título del volumen colectivo —editado por las doctoras Cazorla Vivas, García Aranda y Nuño Álvarez— con el que se ha querido rendir homenaje, tras más de 40 años dedicado al ejercicio de la docencia y de la investigación, al profesor Alvar Ezquerra, autor de referencia en el campo de la teoría y de la descripción lexicográfica hispánica, y maestro muy querido de un sinfín de discípulos.
La obra se abre con una pequeña semblanza (condensada también en la contraportada), realizada por las editoras, sobre los principales méritos investigadores, docentes y humanos del protagonista; a continuación, se insertan dos breves y evocadoras contribuciones —firmadas por M.ª Auxiliadora Castillo Carballo (pp. 11-13) y Juan Manuel García Platero (pp. 15-18)— que perfilan la dimensión personal y humana del trabajo de Alvar Ezquerra, y permiten al lector acercarse a las principales características de su magisterio: su sincera cercanía y su profunda generosidad. A este respecto, y al final del libro, se inserta también una tabula gratulatoria (pp. 583-585) en la que se mencionan los nombres de todas las personas que, pese a no haber contribuido al engrosamiento de estas páginas, han querido mostrar su cariño y respeto por la persona a la que va dirigida este extenso y plural reconocimiento.
Finalizada la labor de perfilado de la figura del homenajeado, da comienzo el apartado científico del volumen, compuesto por 44 artículos sobre las más variadas cuestiones lexicológicas, lexicográficas, morfológicas, sintácticas o historiográficas, ordenadas alfabéticamente, según el apellido de sus autores.
Así, en primer lugar, se inserta la contribución de Dolores Azorín Fernández (pp. 19-32) sobre la misógina percepción de la mujer en el imaginario colectivo español de los Siglos de Oro, construida a la luz de las evidencias recogidas en la obra lexicográfica (muy especialmente, en el apartado paremiológico) de Sebastián de Covarrubias. Seguidamente, M.ª Auxiliadora Barrios Rodríguez (pp. 33-46) reflexiona sobre el devenir que han tenido en España los diccionarios electrónicos —realidad en la que, por cierto, Alvar Ezquerra fue pionero— antes de presentar los primeros pasos de Diretes, un proyecto lexicográfico destinado a la inteligencia artificial, dentro de los diccionarios que utilizan como base la Teoría Sentido-Texto. Para continuar, José Luis Blas Arroyo (pp. 47-60) indaga, a partir de los principios y métodos del variacionismo lingüístico, en la evolución, desde el siglo xvi hasta la actualidad, de las perífrasis deónticas formadas por el verbo tener, y concluye que el uso de estas —en sustitución de la forma haber de, hegemónica hasta finales del siglo xviii— comenzó a imponerse durante la centuria decimonónica hasta llegar a dominar en la actualidad.
En cuarta posición, Ignacio Bosque (pp. 61-75) diserta sobre el papel y la presencia de los participios en los diccionarios (centrándose en la realidad del DLE-2014), una cuestión clave dentro de la distinción entre el léxico y la gramática. Toma el relevo Antonio Briz (pp. 77-96), quien informa sobre las principales características de uno de sus proyectos más ambiciosos, el Diccionario de partículas discursivas del español (DPDE), coordinado también por Salvador Pons y José Portolés. Maria Vittoria Calvi (pp. 97-109), en su contribución, resalta la carencia de materiales lexicográficos específicos destinados a la actividad turística y el mejorable tratamiento de los términos propios de este sector productivo en los diccionarios generales. Acto seguido, Manuel Casado Velarde (pp. 111-119) inaugura la nómina de trabajos sobre morfología derivativa dentro de este volumen, centrado —en su caso— en la trayectoria del sufijo agentivo -ari, propio del vascuence. Por su parte, Francisco Javier Castillo (pp. 121-132) dedica su contribución a denunciar los falsos étimos ingleses de varias voces propias del español de las Canarias; propuestas disparatadas pero, en algunas ocasiones, de notorio arraigo.
En noveno lugar, aparece el trabajo de José Luis Cifuentes Honrubia (pp. 133-148) acerca de los mecanismos de anáfora, subjetivización y analogía en las construcciones con clítico femenino lexicalizado del tipo tragar(se)las. Después, Carmen Díaz Alayón (pp. 149-160), nuevo eslabón de la cadena de aportaciones sobre el léxico canario presente en este volumen, fija su atención en una obra, el Vocabulario palmero, de Antonino Pestana. En otro orden de cosas, María Teresa Echenique Elizondo (pp. 161-172) reflexiona sobre la importancia del estudio de la fraseología, un aspecto desatendido y, a la vez, básico, dentro del trabajo lexicográfico. Algo más adelante, Nerea Fernández de Gobeo (pp. 173-186) realiza un estudio historiográfico del Lexicón etimológico, naturalista y popular del bilbaíno neto, con interesantes datos sobre su autor y sobre su influencia en repertorios posteriores. Continúa José Ramón Franco Rodríguez (pp. 187-197) con una presentación de las principales fuentes, provenientes —mayoritariamente— de los trabajos de los humanistas renacentistas españoles, empleadas en la enseñanza del griego durante el Siglo de Oro. Y Jairo Javier García Sánchez (pp. 199-211) lleva a cabo una revisión del tratamiento académico, gramatical y lexicográfico de los prefijos españoles con origen en los preverbios latinos.
Ocupando el decimoquinto puesto, aparece el trabajo de Mario García-Page (pp. 213-226), que analiza la presencia —en su opinión, muy incompleta— y el tratamiento de los zoónimos en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española. Recoge la pluma José Luis Girón Alconchel (pp. 227-240), quien aplica los métodos del análisis del discurso a algunos fragmentos de El Quijote en aras de extraer nuevos ejemplos del genio creador de Miguel de Cervantes. A continuación, José Manuel Calvo González (pp. 241-252) establece las afinidades y perfila los contrastes entre la Gramática y la Lexicografía, gracias, en gran medida a las aportaciones de Manuel Alvar Ezquerra sobre estos particulares. Tras este, se abre un capítulo muy especial, el dedicado por Aída Elisa González de Ortiz (pp. 253-262), discípula de don Manuel Alvar (1923-2001), a la presentación del Atlas Lingüístico del Nuevo Cuyo, realizado merced a las enseñanzas y a la metodología fijadas por el padre del homenajeado, y que encontraron asiento y cultivo en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI), de la argentina Universidad de San Juan, institución que dirige la propia González de Ortiz; de esta manera, queda cerrado el círculo de una fructífera relación trasatlántica en pro de la descripción de las variedades del español. Seguidamente, Gloria Guerrero Ramos y Manuel Fernando Pérez Lagos (pp. 263-272) profundizan en la evolución, desde el siglo xviii hasta nuestros días, del concepto de neologismo. Retoma el trabajo Salvador Gutiérrez Ordóñez (pp. 273-284), quien realiza un análisis descriptivo, en clave sensorial, de un pasaje de Cuando el frío llegue al corazón, novela publicada por Manuel Gutiérrez Aragón en el 2013.
En vigesimoprimera posición, aparece el estudio de Clara Eugenia Hernández Cabrera y José Antonio Samper Padilla (pp. 285-298) sobre la pervivencia de los dialectalismos canarios en el léxico disponible de los niños grancanarios de seis años de edad, presencia equiparable —a tenor de los resultados— con la localizada en otras franjas de edad entre hablantes de la isla. Después, es Humberto Hernández (pp. 299-308) quien toma la palabra para reflexionar acerca del carácter didáctico del diccionario hasta completar un verdadero decálogo sobre el tema, apoyado, en varias ocasiones, en observaciones del propio Alvar Ezquerra. Sigue César Hernández Alonso (pp. 309-318) con unas glosas a un texto litúrgico hispano-latino del siglo xi, rescatado del monasterio de Santo Domingo de Silos. Acto seguido, Luis Alberto Hernando Cuadrado (pp. 319-331) esboza, desde una perspectiva histórica, una propuesta para el estudio de las categorías léxicas en el plano sintagmático. Tras esta propuesta, Ángel López García-Molins (pp. 333-340) se adentra en el papel jugado por la lengua en el humor, y en el de este en el estudio de la primera. Después, es Luis Luque Toro (pp. 341-352) el que ahonda en la presencia de la lengua y de la cultura italiana en el español desde una perspectiva léxico-semántica. Francisco Marcos Martín (pp. 353-360) rastrea la influencia de variadas ciencias y disciplinas a la historia externa de la lengua, realidad puesta ya de manifiesto por los grandes nombres de la Escuela de Filología Española. Y María Antonia Martín Zorraquino (pp. 361-374) analiza las definiciones, las propuestas etimológicas y las categorizaciones morfológicas de las voces derivadas del sustantivo gastronomía en diferentes diccionarios del español.
En el lugar n.º 29, aparecen las líneas elaboradas por Emilio Montero Cartelle (pp. 375-386), en las que aborda el estudio de una serie de cuestiones léxicas, relacionadas con el plano sexual, en el texto de La lozana andaluza, de Francisco Delicado. Por su parte, José Ramón Morala (pp. 387-401) propone una serie de fórmulas para acabar con la ambigüedad semántica de un conjunto de vocablos extraídos de textos de los siglos xvi y xvii. Seguidamente, María Águeda Moreno (pp. 403-416) dedica su contribución al tratamiento léxico y lexicográfico de varios referentes de la etnobotánica andaluza. Después, Marcial Morera (pp. 417-430) se centra en una serie de cuestiones relacionadas con la teoría lexicográfica. En un artículo colectivo, Gonzalo Ortega Ojeda, M.ª Isabel González Aguiar y Narés García Rivero (pp. 431-438), al amparo de las múltiples posibilidades que los medios electrónicos proporcionan a los diccionaristas del siglo xxi, trazan una propuesta de incorporación de nueva información toponímica a los repertorios dialectales. Para continuar, y en otro orden de cosas, Jaime Peña Arce (pp. 439-447) contrasta los datos aportados por el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Cantabria con las referencias dadas por Adriano García-Lomas acerca de la recurrencia del sufijo -iego en las hablas rurales de Cantabria. Más adelante, José Ignacio Pérez Pascual (pp. 449-459) rescata las observaciones y valoraciones hechas por Menéndez Pidal sobre el truncado proyecto académico del diccionario histórico. Y Josefina Prado Aragonés (pp. 461-474) bucea en la imagen que sobre Andalucía ofrecen los diccionarios monolingües de aprendizaje del español como lengua extranjera; una imagen que, en pleno siglo xxi, sigue rodeada de tópicos y referencias folklóricas.
El trigésimo séptimo puesto lo ocupa el trabajo de Alicia Puigvert Ocal (pp. 475-487) sobre la configuración y la rica evolución del término guisa 'modo' en el español medieval. Toma el relevo Emilio Ridruejo, quien se sumerge en el quehacer gramatical y lexicográfico del jesuita granadino Luis de Valdivia (pp. 489-503), concretamente, se afana en la descripción del afamado repertorio de este autor sobre el araucano, pero también aquilata sus estudios sobre otras lenguas, propias de la zona cuyana de Argentina. Antonio Salvador Plans (pp. 505-514) indaga, desde una visión historiográfica, en la perspectiva que sobre lo andaluz ofreció el polígrafo extremeño Bartolomé José Gallardo (1776-1852). Para continuar, Cristina Sánchez López (pp. 515-529) estudia, pasando del diccionario a la sintaxis y de la semántica a la pragmática, las estructuras interrogativas malsonantes del tipo ¿Qué demonios/diablos…? Susana Serra Sepúlveda (pp. 531-541) presenta los nuevos diccionarios del español (Redes, DiCE y DAELE), confeccionados para dar cabida —cada vez— a un mayor número de información útil para las personas que se acercan a ellos. A esta contribución le sigue el estudio de Francisco Torres Montes (pp. 543-552) sobre el origen y los usos de la voz alhábega 'albahaca', un murcianismo muy presente en el andaluz oriental. Por su parte, Agustín Vera Luján (pp. 553-563) profundiza en la aquilatación, dentro de las funciones oracionales, del papel del instrumento. Y, para finalizar, Alfonso Zamorano Aguilar (pp. 565-582), analiza el componente ideológico, dentro del contexto socio-histórico y cultural, en la obra sintáctica del gaditano naturalizado uruguayo Francisco Gámez Marín (1868-1932).
Lo que hablan las palabras. Estudios de lexicología, lexicografía y gramática en honor de Manuel Alvar Ezquerra es, en resumen, un volumen plural, que acrisola lo mejor de la labor investigadora que 44 autores han querido brindar, humildemente, como reconociendo a la sobresaliente trayectoria profesional y personal de uno de los grandes nombres de la Filología española durante el último cuarto del siglo xx y los primeros dos decenios del xxi. La variedad de perspectivas desde la que Lo que hablan las palabras aborda el análisis y la descripción de nuestra lengua no es más que un reflejo de la amplia y variada labor con que Manuel Alvar Ezquerra ha enriquecido el estudio de nuestras disciplinas.
Jaime Peña Arce
Departamento de Lengua Española y Teoría de la Literatura
Facultad de Filología, edif. D
Universidad Complutense de Madrid
C/ Profesor Aranguren, s/n
28040 Madrid
Correo electrónico: [email protected]
ISBN: 978-84-92658-70-1
Lo que hablan las palabras. Estudios de lexicología, lexicografía y gramática en honor de Manuel Alvar Ezquerra es el título del volumen colectivo —editado por las doctoras Cazorla Vivas, García Aranda y Nuño Álvarez— con el que se ha querido rendir homenaje, tras más de 40 años dedicado al ejercicio de la docencia y de la investigación, al profesor Alvar Ezquerra, autor de referencia en el campo de la teoría y de la descripción lexicográfica hispánica, y maestro muy querido de un sinfín de discípulos.
La obra se abre con una pequeña semblanza (condensada también en la contraportada), realizada por las editoras, sobre los principales méritos investigadores, docentes y humanos del protagonista; a continuación, se insertan dos breves y evocadoras contribuciones —firmadas por M.ª Auxiliadora Castillo Carballo (pp. 11-13) y Juan Manuel García Platero (pp. 15-18)— que perfilan la dimensión personal y humana del trabajo de Alvar Ezquerra, y permiten al lector acercarse a las principales características de su magisterio: su sincera cercanía y su profunda generosidad. A este respecto, y al final del libro, se inserta también una tabula gratulatoria (pp. 583-585) en la que se mencionan los nombres de todas las personas que, pese a no haber contribuido al engrosamiento de estas páginas, han querido mostrar su cariño y respeto por la persona a la que va dirigida este extenso y plural reconocimiento.
Finalizada la labor de perfilado de la figura del homenajeado, da comienzo el apartado científico del volumen, compuesto por 44 artículos sobre las más variadas cuestiones lexicológicas, lexicográficas, morfológicas, sintácticas o historiográficas, ordenadas alfabéticamente, según el apellido de sus autores.
Así, en primer lugar, se inserta la contribución de Dolores Azorín Fernández (pp. 19-32) sobre la misógina percepción de la mujer en el imaginario colectivo español de los Siglos de Oro, construida a la luz de las evidencias recogidas en la obra lexicográfica (muy especialmente, en el apartado paremiológico) de Sebastián de Covarrubias. Seguidamente, M.ª Auxiliadora Barrios Rodríguez (pp. 33-46) reflexiona sobre el devenir que han tenido en España los diccionarios electrónicos —realidad en la que, por cierto, Alvar Ezquerra fue pionero— antes de presentar los primeros pasos de Diretes, un proyecto lexicográfico destinado a la inteligencia artificial, dentro de los diccionarios que utilizan como base la Teoría Sentido-Texto. Para continuar, José Luis Blas Arroyo (pp. 47-60) indaga, a partir de los principios y métodos del variacionismo lingüístico, en la evolución, desde el siglo xvi hasta la actualidad, de las perífrasis deónticas formadas por el verbo tener, y concluye que el uso de estas —en sustitución de la forma haber de, hegemónica hasta finales del siglo xviii— comenzó a imponerse durante la centuria decimonónica hasta llegar a dominar en la actualidad.
En cuarta posición, Ignacio Bosque (pp. 61-75) diserta sobre el papel y la presencia de los participios en los diccionarios (centrándose en la realidad del DLE-2014), una cuestión clave dentro de la distinción entre el léxico y la gramática. Toma el relevo Antonio Briz (pp. 77-96), quien informa sobre las principales características de uno de sus proyectos más ambiciosos, el Diccionario de partículas discursivas del español (DPDE), coordinado también por Salvador Pons y José Portolés. Maria Vittoria Calvi (pp. 97-109), en su contribución, resalta la carencia de materiales lexicográficos específicos destinados a la actividad turística y el mejorable tratamiento de los términos propios de este sector productivo en los diccionarios generales. Acto seguido, Manuel Casado Velarde (pp. 111-119) inaugura la nómina de trabajos sobre morfología derivativa dentro de este volumen, centrado —en su caso— en la trayectoria del sufijo agentivo -ari, propio del vascuence. Por su parte, Francisco Javier Castillo (pp. 121-132) dedica su contribución a denunciar los falsos étimos ingleses de varias voces propias del español de las Canarias; propuestas disparatadas pero, en algunas ocasiones, de notorio arraigo.
En noveno lugar, aparece el trabajo de José Luis Cifuentes Honrubia (pp. 133-148) acerca de los mecanismos de anáfora, subjetivización y analogía en las construcciones con clítico femenino lexicalizado del tipo tragar(se)las. Después, Carmen Díaz Alayón (pp. 149-160), nuevo eslabón de la cadena de aportaciones sobre el léxico canario presente en este volumen, fija su atención en una obra, el Vocabulario palmero, de Antonino Pestana. En otro orden de cosas, María Teresa Echenique Elizondo (pp. 161-172) reflexiona sobre la importancia del estudio de la fraseología, un aspecto desatendido y, a la vez, básico, dentro del trabajo lexicográfico. Algo más adelante, Nerea Fernández de Gobeo (pp. 173-186) realiza un estudio historiográfico del Lexicón etimológico, naturalista y popular del bilbaíno neto, con interesantes datos sobre su autor y sobre su influencia en repertorios posteriores. Continúa José Ramón Franco Rodríguez (pp. 187-197) con una presentación de las principales fuentes, provenientes —mayoritariamente— de los trabajos de los humanistas renacentistas españoles, empleadas en la enseñanza del griego durante el Siglo de Oro. Y Jairo Javier García Sánchez (pp. 199-211) lleva a cabo una revisión del tratamiento académico, gramatical y lexicográfico de los prefijos españoles con origen en los preverbios latinos.
Ocupando el decimoquinto puesto, aparece el trabajo de Mario García-Page (pp. 213-226), que analiza la presencia —en su opinión, muy incompleta— y el tratamiento de los zoónimos en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española. Recoge la pluma José Luis Girón Alconchel (pp. 227-240), quien aplica los métodos del análisis del discurso a algunos fragmentos de El Quijote en aras de extraer nuevos ejemplos del genio creador de Miguel de Cervantes. A continuación, José Manuel Calvo González (pp. 241-252) establece las afinidades y perfila los contrastes entre la Gramática y la Lexicografía, gracias, en gran medida a las aportaciones de Manuel Alvar Ezquerra sobre estos particulares. Tras este, se abre un capítulo muy especial, el dedicado por Aída Elisa González de Ortiz (pp. 253-262), discípula de don Manuel Alvar (1923-2001), a la presentación del Atlas Lingüístico del Nuevo Cuyo, realizado merced a las enseñanzas y a la metodología fijadas por el padre del homenajeado, y que encontraron asiento y cultivo en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI), de la argentina Universidad de San Juan, institución que dirige la propia González de Ortiz; de esta manera, queda cerrado el círculo de una fructífera relación trasatlántica en pro de la descripción de las variedades del español. Seguidamente, Gloria Guerrero Ramos y Manuel Fernando Pérez Lagos (pp. 263-272) profundizan en la evolución, desde el siglo xviii hasta nuestros días, del concepto de neologismo. Retoma el trabajo Salvador Gutiérrez Ordóñez (pp. 273-284), quien realiza un análisis descriptivo, en clave sensorial, de un pasaje de Cuando el frío llegue al corazón, novela publicada por Manuel Gutiérrez Aragón en el 2013.
En vigesimoprimera posición, aparece el estudio de Clara Eugenia Hernández Cabrera y José Antonio Samper Padilla (pp. 285-298) sobre la pervivencia de los dialectalismos canarios en el léxico disponible de los niños grancanarios de seis años de edad, presencia equiparable —a tenor de los resultados— con la localizada en otras franjas de edad entre hablantes de la isla. Después, es Humberto Hernández (pp. 299-308) quien toma la palabra para reflexionar acerca del carácter didáctico del diccionario hasta completar un verdadero decálogo sobre el tema, apoyado, en varias ocasiones, en observaciones del propio Alvar Ezquerra. Sigue César Hernández Alonso (pp. 309-318) con unas glosas a un texto litúrgico hispano-latino del siglo xi, rescatado del monasterio de Santo Domingo de Silos. Acto seguido, Luis Alberto Hernando Cuadrado (pp. 319-331) esboza, desde una perspectiva histórica, una propuesta para el estudio de las categorías léxicas en el plano sintagmático. Tras esta propuesta, Ángel López García-Molins (pp. 333-340) se adentra en el papel jugado por la lengua en el humor, y en el de este en el estudio de la primera. Después, es Luis Luque Toro (pp. 341-352) el que ahonda en la presencia de la lengua y de la cultura italiana en el español desde una perspectiva léxico-semántica. Francisco Marcos Martín (pp. 353-360) rastrea la influencia de variadas ciencias y disciplinas a la historia externa de la lengua, realidad puesta ya de manifiesto por los grandes nombres de la Escuela de Filología Española. Y María Antonia Martín Zorraquino (pp. 361-374) analiza las definiciones, las propuestas etimológicas y las categorizaciones morfológicas de las voces derivadas del sustantivo gastronomía en diferentes diccionarios del español.
En el lugar n.º 29, aparecen las líneas elaboradas por Emilio Montero Cartelle (pp. 375-386), en las que aborda el estudio de una serie de cuestiones léxicas, relacionadas con el plano sexual, en el texto de La lozana andaluza, de Francisco Delicado. Por su parte, José Ramón Morala (pp. 387-401) propone una serie de fórmulas para acabar con la ambigüedad semántica de un conjunto de vocablos extraídos de textos de los siglos xvi y xvii. Seguidamente, María Águeda Moreno (pp. 403-416) dedica su contribución al tratamiento léxico y lexicográfico de varios referentes de la etnobotánica andaluza. Después, Marcial Morera (pp. 417-430) se centra en una serie de cuestiones relacionadas con la teoría lexicográfica. En un artículo colectivo, Gonzalo Ortega Ojeda, M.ª Isabel González Aguiar y Narés García Rivero (pp. 431-438), al amparo de las múltiples posibilidades que los medios electrónicos proporcionan a los diccionaristas del siglo xxi, trazan una propuesta de incorporación de nueva información toponímica a los repertorios dialectales. Para continuar, y en otro orden de cosas, Jaime Peña Arce (pp. 439-447) contrasta los datos aportados por el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Cantabria con las referencias dadas por Adriano García-Lomas acerca de la recurrencia del sufijo -iego en las hablas rurales de Cantabria. Más adelante, José Ignacio Pérez Pascual (pp. 449-459) rescata las observaciones y valoraciones hechas por Menéndez Pidal sobre el truncado proyecto académico del diccionario histórico. Y Josefina Prado Aragonés (pp. 461-474) bucea en la imagen que sobre Andalucía ofrecen los diccionarios monolingües de aprendizaje del español como lengua extranjera; una imagen que, en pleno siglo xxi, sigue rodeada de tópicos y referencias folklóricas.
El trigésimo séptimo puesto lo ocupa el trabajo de Alicia Puigvert Ocal (pp. 475-487) sobre la configuración y la rica evolución del término guisa 'modo' en el español medieval. Toma el relevo Emilio Ridruejo, quien se sumerge en el quehacer gramatical y lexicográfico del jesuita granadino Luis de Valdivia (pp. 489-503), concretamente, se afana en la descripción del afamado repertorio de este autor sobre el araucano, pero también aquilata sus estudios sobre otras lenguas, propias de la zona cuyana de Argentina. Antonio Salvador Plans (pp. 505-514) indaga, desde una visión historiográfica, en la perspectiva que sobre lo andaluz ofreció el polígrafo extremeño Bartolomé José Gallardo (1776-1852). Para continuar, Cristina Sánchez López (pp. 515-529) estudia, pasando del diccionario a la sintaxis y de la semántica a la pragmática, las estructuras interrogativas malsonantes del tipo ¿Qué demonios/diablos…? Susana Serra Sepúlveda (pp. 531-541) presenta los nuevos diccionarios del español (Redes, DiCE y DAELE), confeccionados para dar cabida —cada vez— a un mayor número de información útil para las personas que se acercan a ellos. A esta contribución le sigue el estudio de Francisco Torres Montes (pp. 543-552) sobre el origen y los usos de la voz alhábega 'albahaca', un murcianismo muy presente en el andaluz oriental. Por su parte, Agustín Vera Luján (pp. 553-563) profundiza en la aquilatación, dentro de las funciones oracionales, del papel del instrumento. Y, para finalizar, Alfonso Zamorano Aguilar (pp. 565-582), analiza el componente ideológico, dentro del contexto socio-histórico y cultural, en la obra sintáctica del gaditano naturalizado uruguayo Francisco Gámez Marín (1868-1932).
Lo que hablan las palabras. Estudios de lexicología, lexicografía y gramática en honor de Manuel Alvar Ezquerra es, en resumen, un volumen plural, que acrisola lo mejor de la labor investigadora que 44 autores han querido brindar, humildemente, como reconociendo a la sobresaliente trayectoria profesional y personal de uno de los grandes nombres de la Filología española durante el último cuarto del siglo xx y los primeros dos decenios del xxi. La variedad de perspectivas desde la que Lo que hablan las palabras aborda el análisis y la descripción de nuestra lengua no es más que un reflejo de la amplia y variada labor con que Manuel Alvar Ezquerra ha enriquecido el estudio de nuestras disciplinas.
Jaime Peña Arce
Departamento de Lengua Española y Teoría de la Literatura
Facultad de Filología, edif. D
Universidad Complutense de Madrid
C/ Profesor Aranguren, s/n
28040 Madrid
Correo electrónico: [email protected]