Sol Pérez Corti
Fritz Krüger en la Argentina:sobre El argentinismo "es de lindo"
1. Origen y avatares de la publicación: Fritz Krüger y su llegada a la Argentina
Fritz Krüger nació en 1889 en Spremberg, Alemania. Se doctoró en Gießen en 1911 con una tesis de geografía lingüística bajo la dirección de Bernhard Schädel. Hacia 1910 realizó su primer viaje de campo por la península ibérica y se dedicó a entrevistar informantes con el objetivo de determinar la frontera lingüística entre el catalán y el languedociano (Pop 1950, XLVIII). Asimismo llevó adelante investigaciones en colaboración con el Centro de Estudios Históricos dirigido por Ramón Menéndez Pidal. En 1919 hizo su habilitación como catedrático en la Universidad de Hamburgo (Kalwa 2004, 47); durante la década del veinte emprendió varios viajes de campo por Asturias y Galicia y retomó el contacto con el grupo de filólogos españoles vinculados a la escuela menendezpidaliana (Ros Fontana 1999, 16-20). Ese vínculo se vio reforzado además por la actividad de algunos de estos filólogos como lectores de español en la Universidad de Hamburgo en ese período, por ejemplo Amado Alonso y Salvador Fernández.
En 1928 Krüger sucedió a Schädel en la dirección del Seminario de lengua y cultura románicas y se convirtió en el referente principal de la Escuela de Hamburgo. Desde allí promovió estudios de geografía lingüística, etnolingüística y cultura material con foco en Francia y en la península ibérica, lo que contribuyó especialmente al desarrollo de los estudios hispánicos y lusistas (Kalwa 2004, 48). Desde el comienzo de su tarea como catedrático (y hasta 1934 junto a Walther Küchler como coeditor), dirigió la revista Volkstum und Kultur der Romanen y la serie asociada Hamburger Studien zu Volkstum und Kultur der Romanen, con 37 volúmenes publicados entre 1937 y 1944 (Settekorn 2001, 1643). En el espectro de "Palabras y cosas", la escuela de Hamburgo[1], con Krüger al frente, priorizó la investigación de los pueblos y culturas rurales ya que consideraba que la tarea científica era relevante para la preservación del patrimonio folklórico amenazado por el avance de la vida urbana y la industrialización. De cara a ese objetivo, su trabajo se caracterizó por un interés central por la lengua hablada y cotidiana y por las variantes dialectales regionales con especial atención a la península ibérica, aspectos que también atraviesan la obra que nos ocupa en este artículo.
Entre 1941 y 1944 Krüger fue decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Hamburgo. En 1933 había firmado la "Declaración de profesores universitarios y de instituciones de educación superior a favor de Adolf Hitler y del estado nacionalsocialista" y en 1937 se había afiliado al partido nacio-nalsocialista obrero. Una vez finalizada la guerra en 1945, el gobierno militar británico lo privó de su puesto debido a su adhesión al nacionalsocialismo y a su desempeño durante ese régimen. El proceso de desnazificación[2] lo calificó en principio como "simpatizante" (Mitläufer) y lo separó del ámbito académico[3]. Frente a ese panorama, en busca de un contexto universitario en el que continuar su trabajo, Krüger comenzó sus negociaciones para viajar a la Argentina en 1947. Con la ayuda de su exalumno Alfred Dornheim, docente para entonces de la Universidad Nacional de Cuyo, llegó en diciembre de 1948 a esa casa de estudios bajo la gestión del rector Ireneo Fernando Cruz, un admirador de sus trabajos (Ros Fontana 1999, 22) e impulsor de proyectos afines al Plan Quinquenal peronista en la institución cuyana (Aveiro 2014). Los tiempos difíciles previos a la llegada a Mendoza, signados por la escasez material de la posguerra y la imposibilidad de trabajar en la Universidad de Hamburgo, se mencionan en el prólogo de El argentinismo "es de lindo", donde Krüger agradece a las autoridades de la casa de estudios argentina:
El Sr. Rector y los miembros de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo me han brindado en una fase crítica de mi vida nuevos impulsos e inolvidables muestras de su amistad desde el primer día de mi llegada a esta hospitalaria tierra argentina (Krüger 1960, 17).
Desde comienzos de 1949 y hasta su jubilación en 1965, Krüger trabajó como docente y director del Instituto de Lingüística de esa institución. En 1950 continuó la edición de la revista Anales del Instituto de Lingüística, que había sido fundada en 1940 por el primer director del centro cuyano, el español Joan Corominas (v. González 2017). Si bien no volvió a trabajar en Alemania, en 1960 la Universidad de Hamburgo reconoció a Krüger como profesor emérito.
Ese mismo año se publicó El argentinismo "es de lindo". Sus variantes y antecedentes peninsulares. Krüger señala en el libro, sin embargo, que "la redacción del presente estudio fue terminada en el mes de julio de 1953" (Krüger 1960, nota 1, 201), es decir varios años antes. Un dato relevante sobre el origen del trabajo lo proporciona una carta que el filólogo alemán le escribe en 1951 a su colega español Amado Alonso, al que como señalamos conocía desde su estadía como lector en Hamburgo y con quien mantuvo una intensa correspondencia en los años de la posguerra, tanto cuando este aún era director del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires como luego de su partida hacia la Universidad de Harvard en 1946[4]. En la carta mencionada Krüger comenta que "dentro de muy poco voy a terminar un estudio de carácter sintáctico que compuse durante estos últimos meses […]. Forma el punto de partida nuestro giro argentino 'Es de lindo' […]" (1951). Más adelante, en esa misma misiva, Krüger le ofrece a Alonso el material para publicarlo como anejo de la Nueva Revista de Filología Hispánica que el español edita para el Colegio de México. Respecto de este pedido y del lugar de publicación, Krüger sostiene que "preferiría América porque el camino a España es largo" (1951): la frase refleja el cambio de localización reciente del filólogo alemán y el impacto que ese desplazamiento tuvo en su red de contactos y parcialmente en sus intereses e influencias en el plano científico e intelectual. Así y todo, las negociaciones y contactos con España continuaron: de hecho, la bibliografía de Krüger recopilada en los dos tomos del Homenaje a Fritz Krüger, publicados en 1952 y 1954 en Mendoza con motivo de los sesenta años del filólogo; y la Notice biographique y bibliographique (1959) publicada por Moldenhauer en conmemoración de sus setenta años, consignan la obra que nos ocupa como "en prensa", pendiente de ser publicada como anejo de la Revista de Filología Española[5]. Sin embargo, este trabajo fue finalmente editado en Madrid por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como parte de la Biblioteca de dialectología y tradiciones populares del Centro de Estudios de Etnografía Peninsular[6].
2. Fenómenos analizados y estructura de la obra
La combinación de nuevos y viejos impulsos e intereses provocada por la emigración de Krüger se pone de manifiesto en el prólogo de El argentinismo "es de lindo" donde el filólogo sostiene que la escritura del libro fue motivada por "las observaciones que me sugirió el contacto directo que desde hace cuatro años mantengo con el castellano hablado en la Argentina y la lectura de los últimos fascículos del gran Diccionari català-valencià-balear" (1960, 15). Las coincidencias en ambos planos lo llevaron a volver "si bien tan solo espiritualmente, desde el pie del Ande a España con el objeto de reanudar el estudio de problemas sintácticos dejados desde hace mucho tiempo por tareas más apremiantes" (Krüger 1960, 15). En efecto, como mencionamos, Krüger había trabajado en los inicios de su carrera académica intensamente con dialectos españoles, especialmente con el catalán y el languedociano, área en la que se destacan sus publicaciones de estudios descriptivos y mapas lingüísticos, en algunos casos junto a K. Salow (v. Pop 1950, XLVII).
De las reflexiones provocadas por el contacto con una variedad americana del español surge El argentinismo "es de lindo", un estudio de sintaxis comparativa de perspectiva sincrónica cuyo problema central es el uso de la de ponderativa especialmente en el español, en particular en el de la Argentina; y en el catalán, en contraste con usos similares en otras lenguas románicas y, ocasionalmente, también en el inglés o el alemán. Para analizar este fenómeno Krüger se ocupa de manera general de su desarrollo histórico y de su funcionamiento como cuantificador de adjetivos, especialmente de aquellos con valor afectivo como en "¡El nene es de grande" o "¡Es un hecho de curioso!". Tanto Di Tullio (2004) como Donni de Mirande (1986) han señalado el carácter pionero de este trabajo de Krüger, que pone el foco en un fenómeno morfosintáctico idiosincrático del español de la Argentina del ámbito de la modalidad y que se inserta en el campo de estudios de la dialectología hispanoamericana inaugurado por Amado Alonso en los años 30 con la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana (v. Toscano y García 2014). Respecto de las premisas metodológicas Krüger sostiene que
[…] partiendo del uso actual presentamos nuestros materiales en forma sincrónica y comparativa, método tan apropiado para hacer resaltar la abundancia y diversidad de los giros. A partir de esta base y utilizando al mismo tiempo los (relativamente escasos) datos históricos intentamos esclarecer en lo posible el origen y la evolución funcional de los giros y construcciones que nos van ocupando (Krüger 1960, 16).
Este enfoque es consistente con el de los principales trabajos previos de Krüger, que partían del uso de un elemento lingüístico (y de un objeto en sus atlas materiales) para reconstruir, en la medida de lo posible, su devenir histórico[7]. Para mencionar solo un ejemplo, Krüger adopta esta misma perspectiva sincrónica y comparativa ya en su estudio de 1914 sobre los dialectos occidentales españoles, considerado por Amado Alonso al inaugurar la Biblioteca de dialectología hispanoamericana como uno de los "principales libros de Filología española" (1930, 9) que incorporan y discuten fenómenos americanos a partir del diálogo con los Estudios sobre el español de Nuevo Méjico de Aurelio Espinosa (1909-1914). En esa obra de 1914 Krüger enfatiza la importancia de registrar los fenómenos a estudiar propios de una región también en otras regiones cercanas y la necesidad de identificar posibles tendencias comunes para así poder "aprehender nuestro idioma no como algo que está solo, aislado, sino como una parte perteneciente a una imagen completa" (Krüger 1914, 30; la traducción es mía)[8].
Las 204 páginas que conforman El argentinismo "es de lindo" se estructuran en cuatro partes, más una sección que reúne las conclusiones generales y otra de adiciones bibliográficas. La primera parte se ocupa de la de con matiz causal, sus contextos de aparición y posibles modificadores, en contraste con las construcciones causales encabezadas por con y por y con otras opciones disponibles para la expresión de la causalidad. La segunda parte se enfoca ya específicamente en la de ponderativa y aborda minuciosamente diversas variantes de su uso y combinaciones gramaticales, así como las relaciones con la de causal y la relevancia de los recursos enfáticos a la hora de explicar su funcionamiento y valor expresivo. La tercera y la cuarta parte analizan fenómenos particulares de la de en el catalán, como su uso en exclamativas o el caso de la de partitiva con función intensificadora, con atención a construcciones específicas de esa lengua como la de vocativa. A lo largo de toda la obra el autor describe los distintos fenómenos y los pone en relación entre sí, mientras propone, en ciertas oportunidades, si cuenta con registros pertinentes, una explicación sobre su origen y evolución. Para ello se apoya en un extenso corpus del español peninsular y americano, el catalán y el portugués, tomado de piezas literarias, fuentes secundarias y del lenguaje hablado (v. Apartado 5); a la vez que recurre en algunas oportunidades a otras lenguas como el francés o el italiano e incluso, por fuera del ámbito romance, el inglés o el alemán. A los efectos de los temas que nos interesan en este artículo, nos centraremos en las dos primeras partes del libro con especial atención a las ocurrencias propias del español americano y específicamente argentino.
En la primera parte, Krüger toma la de con matiz causal como punto de partida para describir exhaustivamente diversas construcciones disponibles en lenguas románicas para la expresión de la causalidad. Según el autor, la capacidad de la preposición de para denotar la causa de un acto o estado físico o moral proviene de su función originaria para denotar procedencia en el sentido local. A partir de esta premisa inicial se centra en los "giros del lenguaje hablado" (Krüger 1960, 97) y los recursos que estos ponen en juego para dar relieve a la causalidad. Krüger organiza la descripción de los fenómenos relevados en cinco segmentos expositivos y uno recopilatorio. Mientras el quinto segmento se ocupa de la causa denotada por una oración complementaria ("Volgeren doná a n'es senyor moro un premi... per tant y tant como havia fet per ells"), los cuatro anteriores parten de la combinación entre de y una de las siguientes clases de palabras: sustantivo ("No puede estar ahí dentro del calor"), adjetivo ("de mala nomás me odias"), adverbio cuantitativo ("de mucho que trabaja no tiene tiempo para nada") e infinitivo ("de no poder ejecutar este deseo reviento de tristeza"). En cada segmento Krüger se ocupa de las variantes y modificadores que pueden adquirir esas construcciones (adverbios ponderativos, ampliaciones con relativas y carácter exclamativo, entre otros) y de la combinación de esas clases de palabras con otras preposiciones para expresar causalidad como por y con para el español y ab y per para el catalán. Su interés radica, como ya mencionamos, en los diversos grados de énfasis que las opciones combinatorias disponibles asocian a la causalidad. Krüger toma las palabras de Brunot en La pensée et la langue y sostiene que "son particularmente numerosas y variadas las construcciones empleadas en el lenguaje hablado para dar mayor relieve a la causalidad" (1960, 98). De esos recursos gramaticales, estructuras sintácticas y fonéticas se ocupa con la intención de "esclarecer un tema de la sintaxis iberoromance apenas rozado por los tratadistas" (Krüger 1960, 98) y registrar fenómenos que le permitan explicar el funcionamiento y el origen de aquel que le da título al libro, la de ponderativa. La mayor variedad de recursos y de combinaciones de estos aparece en construcciones causales con adjetivos.
El último segmento de la parte uno, entonces, identifica las siguientes modalidades enfáticas de distinto grado: el uso de partículas ponderativas como tanto y puro con sustantivos, adjetivos e infinitivos ("Perdió la cabeza de tanta alegría" o "De tan quieto, las moscas le cubrían"); la ampliación por subordinadas relativas ("De rabia que le tengo lo mataría" o "Da gusto oírle hablar de talentoso que es"); la colocación del elemento causal, por ejemplo separado del verbo o el sustantivo al que modifica o aislado por pausas ("La comadre Zorra, del susto que lleva, está corriendo todavía"); la construcción asindética, en algunos casos exclamativa ("Figúrate, es imposible salir. ¡Con el frío que hace!"). Este repertorio se deslinda para fines expositivos pero Krüger analiza las superposiciones de recursos propias del lenguaje hablado, puesto que este tiene, según su perspectiva, una tendencia inherente a resaltar la causalidad. De este modo, la ampliación por relativa, por ejemplo, constituye una intensificación de esa tendencia en la que la preposición y la subordinada forman un "molde gramatical" que pone de relieve al elemento causal (ya sea un sustantivo o adjetivo), que a su vez puede estar modificado ya por una partícula ponderativa y/o por recursos fonéticos como en "¡Cómo para no estar triste! ¡Con tan largo viaje que hago para verla y no encontrarla!". La carga emotiva de la primera oración tiñe a la construcción causal, que debido al matiz enfático y afectivo logra un carácter destacado en la elocución pues "en ella se concentra el máximo interés y toda la afectividad del hablante, como lo demuestra su forma exclamativa, forma particularmente apropiada para tal fin, su plena autonomía gramatical y su entonación" (Krüger 1960, 36).
La mayor cantidad de ejemplos de la variedad argentina del español aparece en el segmento dedicado a la causalidad expresada por de, por y con más adjetivo. Krüger se ocupa especialmente de los casos en los que la combinación de y adjetivo sigue a un término de comparación, con o sin mención explícita de la partícula comparativa ("Tiene los ojos como luceros de hermosos" o "Es un ángel de bueno"). Aquí el filólogo alemán identifica el primer germen de la de ponderativa, pues sostiene que en esos casos la preposición, originariamente empleada en el sentido causal, cobra valor ponderativo, para dar mayor énfasis a la comparación (Krüger 1960, 50). Desde su perspectiva, la ampliación de ese giro con una subordinada como en "Parecía una flor marchita de pálida y desmayada que estaba" da cuenta de un proceso de "gramaticalización" en el que tanto la preposición como el pronombre relativo pierden su valor original y pasan a funcionar como un "clisé gramatical" que resalta la causa de la acción o el estado, denotada frecuentemente por adjetivos de fuerte valor emotivo (Krüger 1960, 56-57). De modo general, podría considerarse que la explicación de Krüger para ese fenómeno coincide en líneas generales con la definición actual de un proceso de "gramaticalización secundaria", entendido como "el cambio por el que un morfema o palabra gramatical, o una construcción sintáctica, en determinados contextos, asume nuevas funciones gramaticales" (Traugott 2001, 1 en Girón Alconchel 2014, 12). Ahora bien, el aspecto diacrónico en la obra de Krüger se limita a identificar el origen de la de ponderativa, pues no se ocupa de explicar en detalle las etapas de su surgimiento y evolución ni de situar históricamente su origen y difusión. Krüger señala la de causal y la partitiva como antecedentes y describe exhaustivamente sus usos, pero el acento no está puesto en ubicar el pasaje al valor ponderativo en la línea del tiempo sino en señalar y describir los recursos vigentes que explican cómo adquiere ese nuevo valor.
Esta disposición coincide con el enfoque predominantemente sincrónico y descriptivo de los trabajos anteriores de Krüger orientados en la mayoría de los casos a la lengua hablada. No llama la atención entonces su interés por lo que denomina "gramaticalización", en tanto se trata de un proceso estrechamente vinculado a la creación de variedades y a "la necesidad humana de tener éxito mediante la comunicación lingüística" (Girón Alconchel 2014, 18) o en palabras de Lehmann (2002 citado por Girón Alconchel 2014, 18) de la "creación de gramática a partir del discurso, de lengua (langue) a partir del habla (parole)". Krüger identifica el proceso, lo menciona, pero se aboca a la descripción de su dimensión discursiva.
Sobre la base anterior, la segunda parte del trabajo se centra en el uso de de como partícula ponderativa en combinación con adjetivos ("¡Está de elegante!") o adverbios ("¡Es de tarde!") y variantes de esas construcciones. Krüger explica cómo la superposición y progresivo pasaje del valor causal al ponderativo se observa en construcciones con adjetivos de marcado valor afectivo como en "Comenzaron a echar espumas de tan cansados" o "De bueno que es da gusto estar con él". En el segundo ejemplo, la anteposición del giro causal da una nota enfática, que también puede intensificarse con el uso de construcciones exclamativas. En casos como ese, la preposición de pierde su valor original, impulsada por el carácter afectivo del adjetivo utilizado, y funciona como una partícula de realce o ponderativa "equivalente a tan en castellano y tant en catalán" (Krüger 1960, 120). De este modo, la de puede llegar a desprenderse totalmente de su valor causal y adquirir independencia sintáctica en casos como "¡De lindo que es este cuadro!", donde prima el valor reforzativo. A partir de esas consideraciones, Krüger describe las siguientes variantes de construcciones con de ponderativa: seguida de una comparación ("Es de hermosa como el sol"); seguida de una subordinada consecutiva ("Es de hermosa que es un primor"); en una construcción exclamativa encabezada por cómo ("¡Cómo hablan de bien el castellano!") o por qué: ("¡Qué de buenos estaban los ravioles!"); en subordinadas encabezadas por según ("No respondió palabra según iba de triste"); y en combinación con el adverbio así ("una mujer así de estupenda"). Tal como adelantamos, Krüger considera que el valor ponderativo de la de causal en los casos anteriores está motivado por el énfasis y el carácter afectivo. De este modo explica:
Hay que buscar pues el germen de la de ponderativa (tal como se presenta en los casos tratados) en el empleo causal de la preposición de más adjetivo, giro gramatical que tan eminentemente se presta a dar relieve y énfasis a la causalidad. A medida que este giro se va cargando de intensidad (proceso al que contribuye mucho el carácter emotivo del adjetivo causal) la preposición pierde su valor primitivo hasta convertirse en una partícula marcadamente ponderativa. Como tal ha ido ensanchando cada vez más su esfera original, empleándose el giro de más adjetivo en lo sucesivo con un matiz característico que apenas deja vislumbrar su origen.
En líneas generales, el filólogo aborda este fenómeno desde el marco teórico de la estilística y se apoya en una serie de referentes de esa corriente (v. apartado 3). El matiz afectivo que adquiere la de explica el cambio sintáctico y estilístico en su uso, que aparece motivado por la necesidad de los hablantes de comunicar significados no referenciales sino expresivos. Para Krüger (1960, 125) se trata de "giros verdaderamente vivientes, nacidos del sentimiento y fieles intérpretes de la emoción" que integran "el repertorio afectivo" del lenguaje hablado. Esos giros se apoyan en recursos fonéticos y gramaticales, como la entonación exclamativa ("¡Ocurren unas cosas de estupendas!") o suspendida ("¡Es una historia de extraña…!") y la combinación con adverbios de cantidad ("¡Tales son de arbitrarias y confusas sus descripciones!"). Krüger pone este fenómeno en relación con otro observado no solo en el español, el castellano y el portugués, sino también en el italiano, el francés y el alemán: el carácter enfático o
de superlativo que adquiere el artículo indefinido en construcciones como "¡Siempre que me habla pone una cara!" o "¿Y qué es entonces esto tan horrible? Tengo un miedo…". En esos casos la elevada afectividad no aparece expresada por un calificativo adecuado (como "increíble", "terrible", "extraordinario", etc.), sino condensada en el artículo y remarcada por la entonación. Krüger utiliza ese ejemplo para ilustrar que el proceso que describe para la de tiene lugar también con otros elementos y en diversas lenguas, en tanto el caso del artículo indefinido presenta "una cierta analogía con la valorización de la preposición de (> partícula ponderativa)" (Krüger 1960, 131).
La de ponderativa combinada con adjetivos, por otro lado, adquiere también un refuerzo al agregársele una comparación o una subordinada consecutiva: la construcción "¡Es de lindo…!" se caracteriza según Krüger por su carácter "comprimido y concentrado" y por "la tensión emotiva" propia de un "giro elíptico" (1960, 131) que muchas veces se soluciona con los recursos antes mencionados como en "Es de linda como un sol" o "Vido llegar una moza de linda y fresca que parecía una madrugada". Allí también Krüger explica esas construcciones como opciones disponibles en el lenguaje hablado para brindar "cierta plasticidad" o nuevos matices reforzativos a la ponderación, en la medida en que agregan una nota concreta al adjetivo, según él, "como se sabe, considerado por el pueblo como demasiado abstracto" (Krüger 1960, 131).
Por otra parte, en un parágrafo Krüger le atribuye a la de partitiva otro posible origen de la de ponderativa. Se trata de la supervivencia del genitivo partitivo latino en construcciones como "¡Qué de flores en el entierro!" que a través del énfasis marcado por el acento y la entonación como en "¡Le voy a dar una de bofetadas...!" cambia "de manera radical" y adquiere sentido ponderativo. Por último, al final del libro, el filólogo dedica una breve sección a las conclusiones generales. Allí destaca, por un lado, la variedad de aspectos que intervienen en el uso de la de reforzativa en los idiomas iberorromances, especialmente en el castellano y en el catalán. Por el otro, señala la dificultad de averiguar en algunos casos el origen exacto de la construcción, aunque destaca como indudables los siguientes: la de con sentido causal; la de partitiva proveniente del latín; y la interferencia ocasional de la de con valor cualitativo que a través del énfasis se vuelve ponderativa. Más allá del análisis particular del fenómeno identificado en el título de la obra como "argentino", Krüger busca subsanar lo que considera un "hueco" en los trabajos existentes hasta el momento sobre el español dado que de este problema "no hablan las gramáticas oficiales" y "lo esbozan apenas ligeramente" los tratadistas. Podemos ver aquí una mirada similar a la que postula Alonso (1930, 5) en el programático "Propósito" con el que presenta la primera publicación de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana. Allí el español sostiene que el trabajo con las variedades americanas puede contribuir a la "especial iluminación de problemas lingüísticos ya planteados, y puede por su parte proponer otros de primera importancia" (Alonso 1930, 5).
3. Referencias teóricas
Para construir el andamiaje teórico de su estudio, Krüger recurre a casi cien obras que pueden dividirse de manera esquemática en cuatro grandes grupos: aquellas de lingüística general, en algunos casos orientadas al estudio de alguna lengua en particular o de las lenguas de la Romania. especialmente el francés; otras que se ocupan del español y sus variedades; otras dedicadas al catalán; y, finalmente, aquellas que describen aspectos de otras lenguas, románicas o no, y que se usan como variable de contraste a lo largo del tratado. A gran parte de los textos referidos, Krüger les dedica reseñas en diversas publicaciones (para una relación de esos comentarios se puede consultar la bibliografía parcial del filólogo reunida en Olbrich 1952 y Moldenhauer 1959, 22-24).
Como parte del primer grupo encontramos algunas obras de la tradición de la romanística alemana, de impronta historicista y neogramática como Prinzipien der Sprachgeschichte de Hermann Paul (1880) o Grammatik der romanischen Sprachen III: Romanische Syntax de Wilhelm Meyer Lübke (1899). Sin embargo, destacan con mayor presencia los trabajos de diversas vertientes de la estilística o preocupadas por la relación entre lengua y pensamiento como Traité de stylistique française (1921 [1909]) y Linguistique générale et linguistique française (1950 [1932]) de Charles Bally, Le style et ses techniques de Maurice Cressot (1947), La penseé et la langue de Ferdinand Brunot (1927 [1922]) y Aufsätze zur romanischen Syntax und Stilistik de Leo Spitzer (1918). Los estudios de sintaxis de distinto tipo constituyen una pieza especialmente relevante, como Probleme der romanischen Syntax de Georg Ebeling (1905), Handbuch der erklärenden Syntax de Wilhelm Havers (1931) o Grundlegung und Grundprobleme der Syntax de Moritz Regula (1951); y, específicamente para el español, The Syntax of Castilian Prose. The 16th Century de Hayward Keniston (1937), la American Spanish Syntax de Charles E. Kany (1945) y el Curso superior de sintaxis española de Samuel Gili Gaya (1948 [1943]). Sobre los dos últimos tratados, Krüger señala con énfasis la ausencia de explicaciones precisas del fenómeno que describe su estudio comparativo que, según entiende, debería constituir un aporte para completar esas lagunas explicativas de los autores con los que dialoga.
Entre las obras del segundo grupo, sobresalen trabajos de referentes que integran lo que Portolés (1992, 574) identifica como "la tradición gramatical sobre la que levantan su obra" los miembros de la segunda generación del Centro de Estudios Históricos: la Gramática de la lengua castellana de Andrés Bello (1936 [1847]), el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana de Rufino José Cuervo (1886, 1893), la Gramática histórica de la lengua castellana de Friedrich Hanssen (1913) y La oración y sus partes de Rudolf Lenz (1935 [1920]). Esto no llama la atención si consideramos el temprano contacto de Krüger con el grupo liderado por Menéndez Pidal ya a comienzos de la segunda década del siglo XX y su colaboración y afinidad con este. El alemán recurre en su estudio también al Cantar del Mío Cid. Texto, gramática y vocabulario (1908-1912 [1893, aumentado 1908-11]) del filólogo español y a obras de sus principales colaboradores en el Centro, como el Manual de pronunciación española de Tomás Navarro Tomás (1918)[9], el mencionado curso de sintaxis de Gili Gaya, la Gramática española de Salvador Fernández Ramírez (1951) y las Lecciones de lingüística general y española de Vicente García de Diego (1951). Por otra parte, Krüger se sirve de un conjunto de trabajos dedicados a variedades del español, que a veces se orientan a la lengua hablada, al aprendizaje del español como lengua extranjera o a ilustrar algún fenómeno determinado como Frases y diálogos de la vida diaria (1925) y Spanische Umgangssprache (1930) de Werner Beinhauer; su propio manual para la enseñanza en Hamburgo, Einführung in das Studium des Neuspanischen (1924); o, especialmente útiles para su objeto de atención, escritos dedicados a los procedimientos disponibles en el español para poner de relieve los elementos de una frase como Die Hervorhebung im Spanischen de Hans Oster (1951) y, entre las adiciones al final de la obra, Formas de relieve en español moderno de Luis Jaime Cisneros (1957). Dentro de las descripciones de características específicas de variedades americanas, destacan el trabajo de Rodolfo Oroz, "El elemento afectivo en el lenguaje chileno" (1938), los Estudios sobre el español de Nuevo México de Aurelio Espinosa en la edición de Amado Alonso y Ángel Rosenblat (1930) y, específicamente de la escena lingüística argentina, La lengua de Martín Fierro de Eleuterio Tiscornia (1930) y El habla rural de San Luis de Berta Vidal de Battini (1949), ambos investigadores cercanos a Amado Alonso. Estos dos últimos especialistas, con estudios dedicados a fenómenos idiosincráticos del español de la Argentina, integran también los programas de la materia Lingüística Romance que Krüger dictó en la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Cuyo[10].
En lo que respecta al tercer grupo identificado, las obras dedicadas al catalán, sobresalen por su frecuencia de aparición el Diccionari català-valencià-balear, artículos de Antoni Maria Alcover y tomos de su Aplec de rondaies mallorquines (como fuente de ejemplos), la Gramática de la lengua catalana de Pompeu Fabra (1912), las "Syntaktische Notizen zum Katalanischen" de Leo Spitzer (1914-1915) y la Gramática histórica catalana de Francesc de Borja Moll (1952). Por supuesto, la obra de Antoni Griera constituye una referencia ineludible para Krüger, que se sirve de su Tresor de la llengua de les tradicions i de la cultura popular de Catalunya (1935-47) y que tuvo contacto personal con el catalanista[11].
Finalmente, el cuarto grupo de referencias está integrado por obras que se refieren al portugués, el italiano, el francés, el provenzal, el gallego, el inglés o el alemán y que abordan fenómenos sintácticos o estilísticos que le sirven a Krüger para comparar o explicar los propios del español y el catalán en los que se centra su estudio. Entre estos encontramos gramáticas como A grammar of the Portuguese Language de Joseph Dunn (1930 [1928]) y la escrita por el propio Krüger con la lectora de la Universidad de Hamburgo, Louise Ey, Portugiesische Konversationsgrammatik (1939); la Gramática do idioma galego de Lugris Freire (1922); Vermischte Beiträge zur französischen Grammatik de Adolf Tobler (1921 [1886-1912]) o Grammatik der Englischen Sprache de Immanuel Schmidt (1908 [1876]), por mencionar algunas. Asimismo, recurre a tratados de estilística, como la Estilistica da lingua portuguesa de Manuel Rodriguez Lapa (1945); a estudios de sintaxis como Französische Syntax de Joseph Haas (1916) o Syntax du français moderne de George y Robert Le Bidois (1935); y a trabajos que se ocupan de los mecanismos lingüísticos para dar relieve a elementos en las frases, como el de Carl Theodor Gossen sobre el italiano, Studien zur syntaktischen und stilistischen Hervorhebung im modernen Italienisch (1954).
Este extenso entramado de referencias y recursos utilizados, de los que hemos mencionado solo algunos, responde también al tipo de abordaje que delinea Alonso al presentar la Biblioteca de dialectología hispánica y que Krüger practica ya desde su tarea en Hamburgo, como vimos antes: "relacionar geográficamente cada forma dialectal con la correspondiente de todas las regiones hispánicas", lo que requiere "rebuscar no sólo en los estudios dialectales donde se las ordena metódicamente, sino en el mar de papel de los numerosos vocabularios regionales y en los libros de carácter gramatical y didáctico" (Alonso 1930, 6).
4. Corpus de ejemplos argentinos
Para armar el corpus que ilustra las construcciones estudiadas, Krüger abreva en tres tipos de fuentes: ocurrencias registradas en estudios especializados, extractos de piezas literarias que reproducen géneros populares y material recogido por el propio Krüger y sus colaboradores. Presentamos aquí el origen de aquellos señalados como argentinos:
Fritz Krüger en la Argentina:sobre El argentinismo "es de lindo"
1. Origen y avatares de la publicación: Fritz Krüger y su llegada a la Argentina
Fritz Krüger nació en 1889 en Spremberg, Alemania. Se doctoró en Gießen en 1911 con una tesis de geografía lingüística bajo la dirección de Bernhard Schädel. Hacia 1910 realizó su primer viaje de campo por la península ibérica y se dedicó a entrevistar informantes con el objetivo de determinar la frontera lingüística entre el catalán y el languedociano (Pop 1950, XLVIII). Asimismo llevó adelante investigaciones en colaboración con el Centro de Estudios Históricos dirigido por Ramón Menéndez Pidal. En 1919 hizo su habilitación como catedrático en la Universidad de Hamburgo (Kalwa 2004, 47); durante la década del veinte emprendió varios viajes de campo por Asturias y Galicia y retomó el contacto con el grupo de filólogos españoles vinculados a la escuela menendezpidaliana (Ros Fontana 1999, 16-20). Ese vínculo se vio reforzado además por la actividad de algunos de estos filólogos como lectores de español en la Universidad de Hamburgo en ese período, por ejemplo Amado Alonso y Salvador Fernández.
En 1928 Krüger sucedió a Schädel en la dirección del Seminario de lengua y cultura románicas y se convirtió en el referente principal de la Escuela de Hamburgo. Desde allí promovió estudios de geografía lingüística, etnolingüística y cultura material con foco en Francia y en la península ibérica, lo que contribuyó especialmente al desarrollo de los estudios hispánicos y lusistas (Kalwa 2004, 48). Desde el comienzo de su tarea como catedrático (y hasta 1934 junto a Walther Küchler como coeditor), dirigió la revista Volkstum und Kultur der Romanen y la serie asociada Hamburger Studien zu Volkstum und Kultur der Romanen, con 37 volúmenes publicados entre 1937 y 1944 (Settekorn 2001, 1643). En el espectro de "Palabras y cosas", la escuela de Hamburgo[1], con Krüger al frente, priorizó la investigación de los pueblos y culturas rurales ya que consideraba que la tarea científica era relevante para la preservación del patrimonio folklórico amenazado por el avance de la vida urbana y la industrialización. De cara a ese objetivo, su trabajo se caracterizó por un interés central por la lengua hablada y cotidiana y por las variantes dialectales regionales con especial atención a la península ibérica, aspectos que también atraviesan la obra que nos ocupa en este artículo.
Entre 1941 y 1944 Krüger fue decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Hamburgo. En 1933 había firmado la "Declaración de profesores universitarios y de instituciones de educación superior a favor de Adolf Hitler y del estado nacionalsocialista" y en 1937 se había afiliado al partido nacio-nalsocialista obrero. Una vez finalizada la guerra en 1945, el gobierno militar británico lo privó de su puesto debido a su adhesión al nacionalsocialismo y a su desempeño durante ese régimen. El proceso de desnazificación[2] lo calificó en principio como "simpatizante" (Mitläufer) y lo separó del ámbito académico[3]. Frente a ese panorama, en busca de un contexto universitario en el que continuar su trabajo, Krüger comenzó sus negociaciones para viajar a la Argentina en 1947. Con la ayuda de su exalumno Alfred Dornheim, docente para entonces de la Universidad Nacional de Cuyo, llegó en diciembre de 1948 a esa casa de estudios bajo la gestión del rector Ireneo Fernando Cruz, un admirador de sus trabajos (Ros Fontana 1999, 22) e impulsor de proyectos afines al Plan Quinquenal peronista en la institución cuyana (Aveiro 2014). Los tiempos difíciles previos a la llegada a Mendoza, signados por la escasez material de la posguerra y la imposibilidad de trabajar en la Universidad de Hamburgo, se mencionan en el prólogo de El argentinismo "es de lindo", donde Krüger agradece a las autoridades de la casa de estudios argentina:
El Sr. Rector y los miembros de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo me han brindado en una fase crítica de mi vida nuevos impulsos e inolvidables muestras de su amistad desde el primer día de mi llegada a esta hospitalaria tierra argentina (Krüger 1960, 17).
Desde comienzos de 1949 y hasta su jubilación en 1965, Krüger trabajó como docente y director del Instituto de Lingüística de esa institución. En 1950 continuó la edición de la revista Anales del Instituto de Lingüística, que había sido fundada en 1940 por el primer director del centro cuyano, el español Joan Corominas (v. González 2017). Si bien no volvió a trabajar en Alemania, en 1960 la Universidad de Hamburgo reconoció a Krüger como profesor emérito.
Ese mismo año se publicó El argentinismo "es de lindo". Sus variantes y antecedentes peninsulares. Krüger señala en el libro, sin embargo, que "la redacción del presente estudio fue terminada en el mes de julio de 1953" (Krüger 1960, nota 1, 201), es decir varios años antes. Un dato relevante sobre el origen del trabajo lo proporciona una carta que el filólogo alemán le escribe en 1951 a su colega español Amado Alonso, al que como señalamos conocía desde su estadía como lector en Hamburgo y con quien mantuvo una intensa correspondencia en los años de la posguerra, tanto cuando este aún era director del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires como luego de su partida hacia la Universidad de Harvard en 1946[4]. En la carta mencionada Krüger comenta que "dentro de muy poco voy a terminar un estudio de carácter sintáctico que compuse durante estos últimos meses […]. Forma el punto de partida nuestro giro argentino 'Es de lindo' […]" (1951). Más adelante, en esa misma misiva, Krüger le ofrece a Alonso el material para publicarlo como anejo de la Nueva Revista de Filología Hispánica que el español edita para el Colegio de México. Respecto de este pedido y del lugar de publicación, Krüger sostiene que "preferiría América porque el camino a España es largo" (1951): la frase refleja el cambio de localización reciente del filólogo alemán y el impacto que ese desplazamiento tuvo en su red de contactos y parcialmente en sus intereses e influencias en el plano científico e intelectual. Así y todo, las negociaciones y contactos con España continuaron: de hecho, la bibliografía de Krüger recopilada en los dos tomos del Homenaje a Fritz Krüger, publicados en 1952 y 1954 en Mendoza con motivo de los sesenta años del filólogo; y la Notice biographique y bibliographique (1959) publicada por Moldenhauer en conmemoración de sus setenta años, consignan la obra que nos ocupa como "en prensa", pendiente de ser publicada como anejo de la Revista de Filología Española[5]. Sin embargo, este trabajo fue finalmente editado en Madrid por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como parte de la Biblioteca de dialectología y tradiciones populares del Centro de Estudios de Etnografía Peninsular[6].
2. Fenómenos analizados y estructura de la obra
La combinación de nuevos y viejos impulsos e intereses provocada por la emigración de Krüger se pone de manifiesto en el prólogo de El argentinismo "es de lindo" donde el filólogo sostiene que la escritura del libro fue motivada por "las observaciones que me sugirió el contacto directo que desde hace cuatro años mantengo con el castellano hablado en la Argentina y la lectura de los últimos fascículos del gran Diccionari català-valencià-balear" (1960, 15). Las coincidencias en ambos planos lo llevaron a volver "si bien tan solo espiritualmente, desde el pie del Ande a España con el objeto de reanudar el estudio de problemas sintácticos dejados desde hace mucho tiempo por tareas más apremiantes" (Krüger 1960, 15). En efecto, como mencionamos, Krüger había trabajado en los inicios de su carrera académica intensamente con dialectos españoles, especialmente con el catalán y el languedociano, área en la que se destacan sus publicaciones de estudios descriptivos y mapas lingüísticos, en algunos casos junto a K. Salow (v. Pop 1950, XLVII).
De las reflexiones provocadas por el contacto con una variedad americana del español surge El argentinismo "es de lindo", un estudio de sintaxis comparativa de perspectiva sincrónica cuyo problema central es el uso de la de ponderativa especialmente en el español, en particular en el de la Argentina; y en el catalán, en contraste con usos similares en otras lenguas románicas y, ocasionalmente, también en el inglés o el alemán. Para analizar este fenómeno Krüger se ocupa de manera general de su desarrollo histórico y de su funcionamiento como cuantificador de adjetivos, especialmente de aquellos con valor afectivo como en "¡El nene es de grande" o "¡Es un hecho de curioso!". Tanto Di Tullio (2004) como Donni de Mirande (1986) han señalado el carácter pionero de este trabajo de Krüger, que pone el foco en un fenómeno morfosintáctico idiosincrático del español de la Argentina del ámbito de la modalidad y que se inserta en el campo de estudios de la dialectología hispanoamericana inaugurado por Amado Alonso en los años 30 con la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana (v. Toscano y García 2014). Respecto de las premisas metodológicas Krüger sostiene que
[…] partiendo del uso actual presentamos nuestros materiales en forma sincrónica y comparativa, método tan apropiado para hacer resaltar la abundancia y diversidad de los giros. A partir de esta base y utilizando al mismo tiempo los (relativamente escasos) datos históricos intentamos esclarecer en lo posible el origen y la evolución funcional de los giros y construcciones que nos van ocupando (Krüger 1960, 16).
Este enfoque es consistente con el de los principales trabajos previos de Krüger, que partían del uso de un elemento lingüístico (y de un objeto en sus atlas materiales) para reconstruir, en la medida de lo posible, su devenir histórico[7]. Para mencionar solo un ejemplo, Krüger adopta esta misma perspectiva sincrónica y comparativa ya en su estudio de 1914 sobre los dialectos occidentales españoles, considerado por Amado Alonso al inaugurar la Biblioteca de dialectología hispanoamericana como uno de los "principales libros de Filología española" (1930, 9) que incorporan y discuten fenómenos americanos a partir del diálogo con los Estudios sobre el español de Nuevo Méjico de Aurelio Espinosa (1909-1914). En esa obra de 1914 Krüger enfatiza la importancia de registrar los fenómenos a estudiar propios de una región también en otras regiones cercanas y la necesidad de identificar posibles tendencias comunes para así poder "aprehender nuestro idioma no como algo que está solo, aislado, sino como una parte perteneciente a una imagen completa" (Krüger 1914, 30; la traducción es mía)[8].
Las 204 páginas que conforman El argentinismo "es de lindo" se estructuran en cuatro partes, más una sección que reúne las conclusiones generales y otra de adiciones bibliográficas. La primera parte se ocupa de la de con matiz causal, sus contextos de aparición y posibles modificadores, en contraste con las construcciones causales encabezadas por con y por y con otras opciones disponibles para la expresión de la causalidad. La segunda parte se enfoca ya específicamente en la de ponderativa y aborda minuciosamente diversas variantes de su uso y combinaciones gramaticales, así como las relaciones con la de causal y la relevancia de los recursos enfáticos a la hora de explicar su funcionamiento y valor expresivo. La tercera y la cuarta parte analizan fenómenos particulares de la de en el catalán, como su uso en exclamativas o el caso de la de partitiva con función intensificadora, con atención a construcciones específicas de esa lengua como la de vocativa. A lo largo de toda la obra el autor describe los distintos fenómenos y los pone en relación entre sí, mientras propone, en ciertas oportunidades, si cuenta con registros pertinentes, una explicación sobre su origen y evolución. Para ello se apoya en un extenso corpus del español peninsular y americano, el catalán y el portugués, tomado de piezas literarias, fuentes secundarias y del lenguaje hablado (v. Apartado 5); a la vez que recurre en algunas oportunidades a otras lenguas como el francés o el italiano e incluso, por fuera del ámbito romance, el inglés o el alemán. A los efectos de los temas que nos interesan en este artículo, nos centraremos en las dos primeras partes del libro con especial atención a las ocurrencias propias del español americano y específicamente argentino.
En la primera parte, Krüger toma la de con matiz causal como punto de partida para describir exhaustivamente diversas construcciones disponibles en lenguas románicas para la expresión de la causalidad. Según el autor, la capacidad de la preposición de para denotar la causa de un acto o estado físico o moral proviene de su función originaria para denotar procedencia en el sentido local. A partir de esta premisa inicial se centra en los "giros del lenguaje hablado" (Krüger 1960, 97) y los recursos que estos ponen en juego para dar relieve a la causalidad. Krüger organiza la descripción de los fenómenos relevados en cinco segmentos expositivos y uno recopilatorio. Mientras el quinto segmento se ocupa de la causa denotada por una oración complementaria ("Volgeren doná a n'es senyor moro un premi... per tant y tant como havia fet per ells"), los cuatro anteriores parten de la combinación entre de y una de las siguientes clases de palabras: sustantivo ("No puede estar ahí dentro del calor"), adjetivo ("de mala nomás me odias"), adverbio cuantitativo ("de mucho que trabaja no tiene tiempo para nada") e infinitivo ("de no poder ejecutar este deseo reviento de tristeza"). En cada segmento Krüger se ocupa de las variantes y modificadores que pueden adquirir esas construcciones (adverbios ponderativos, ampliaciones con relativas y carácter exclamativo, entre otros) y de la combinación de esas clases de palabras con otras preposiciones para expresar causalidad como por y con para el español y ab y per para el catalán. Su interés radica, como ya mencionamos, en los diversos grados de énfasis que las opciones combinatorias disponibles asocian a la causalidad. Krüger toma las palabras de Brunot en La pensée et la langue y sostiene que "son particularmente numerosas y variadas las construcciones empleadas en el lenguaje hablado para dar mayor relieve a la causalidad" (1960, 98). De esos recursos gramaticales, estructuras sintácticas y fonéticas se ocupa con la intención de "esclarecer un tema de la sintaxis iberoromance apenas rozado por los tratadistas" (Krüger 1960, 98) y registrar fenómenos que le permitan explicar el funcionamiento y el origen de aquel que le da título al libro, la de ponderativa. La mayor variedad de recursos y de combinaciones de estos aparece en construcciones causales con adjetivos.
El último segmento de la parte uno, entonces, identifica las siguientes modalidades enfáticas de distinto grado: el uso de partículas ponderativas como tanto y puro con sustantivos, adjetivos e infinitivos ("Perdió la cabeza de tanta alegría" o "De tan quieto, las moscas le cubrían"); la ampliación por subordinadas relativas ("De rabia que le tengo lo mataría" o "Da gusto oírle hablar de talentoso que es"); la colocación del elemento causal, por ejemplo separado del verbo o el sustantivo al que modifica o aislado por pausas ("La comadre Zorra, del susto que lleva, está corriendo todavía"); la construcción asindética, en algunos casos exclamativa ("Figúrate, es imposible salir. ¡Con el frío que hace!"). Este repertorio se deslinda para fines expositivos pero Krüger analiza las superposiciones de recursos propias del lenguaje hablado, puesto que este tiene, según su perspectiva, una tendencia inherente a resaltar la causalidad. De este modo, la ampliación por relativa, por ejemplo, constituye una intensificación de esa tendencia en la que la preposición y la subordinada forman un "molde gramatical" que pone de relieve al elemento causal (ya sea un sustantivo o adjetivo), que a su vez puede estar modificado ya por una partícula ponderativa y/o por recursos fonéticos como en "¡Cómo para no estar triste! ¡Con tan largo viaje que hago para verla y no encontrarla!". La carga emotiva de la primera oración tiñe a la construcción causal, que debido al matiz enfático y afectivo logra un carácter destacado en la elocución pues "en ella se concentra el máximo interés y toda la afectividad del hablante, como lo demuestra su forma exclamativa, forma particularmente apropiada para tal fin, su plena autonomía gramatical y su entonación" (Krüger 1960, 36).
La mayor cantidad de ejemplos de la variedad argentina del español aparece en el segmento dedicado a la causalidad expresada por de, por y con más adjetivo. Krüger se ocupa especialmente de los casos en los que la combinación de y adjetivo sigue a un término de comparación, con o sin mención explícita de la partícula comparativa ("Tiene los ojos como luceros de hermosos" o "Es un ángel de bueno"). Aquí el filólogo alemán identifica el primer germen de la de ponderativa, pues sostiene que en esos casos la preposición, originariamente empleada en el sentido causal, cobra valor ponderativo, para dar mayor énfasis a la comparación (Krüger 1960, 50). Desde su perspectiva, la ampliación de ese giro con una subordinada como en "Parecía una flor marchita de pálida y desmayada que estaba" da cuenta de un proceso de "gramaticalización" en el que tanto la preposición como el pronombre relativo pierden su valor original y pasan a funcionar como un "clisé gramatical" que resalta la causa de la acción o el estado, denotada frecuentemente por adjetivos de fuerte valor emotivo (Krüger 1960, 56-57). De modo general, podría considerarse que la explicación de Krüger para ese fenómeno coincide en líneas generales con la definición actual de un proceso de "gramaticalización secundaria", entendido como "el cambio por el que un morfema o palabra gramatical, o una construcción sintáctica, en determinados contextos, asume nuevas funciones gramaticales" (Traugott 2001, 1 en Girón Alconchel 2014, 12). Ahora bien, el aspecto diacrónico en la obra de Krüger se limita a identificar el origen de la de ponderativa, pues no se ocupa de explicar en detalle las etapas de su surgimiento y evolución ni de situar históricamente su origen y difusión. Krüger señala la de causal y la partitiva como antecedentes y describe exhaustivamente sus usos, pero el acento no está puesto en ubicar el pasaje al valor ponderativo en la línea del tiempo sino en señalar y describir los recursos vigentes que explican cómo adquiere ese nuevo valor.
Esta disposición coincide con el enfoque predominantemente sincrónico y descriptivo de los trabajos anteriores de Krüger orientados en la mayoría de los casos a la lengua hablada. No llama la atención entonces su interés por lo que denomina "gramaticalización", en tanto se trata de un proceso estrechamente vinculado a la creación de variedades y a "la necesidad humana de tener éxito mediante la comunicación lingüística" (Girón Alconchel 2014, 18) o en palabras de Lehmann (2002 citado por Girón Alconchel 2014, 18) de la "creación de gramática a partir del discurso, de lengua (langue) a partir del habla (parole)". Krüger identifica el proceso, lo menciona, pero se aboca a la descripción de su dimensión discursiva.
Sobre la base anterior, la segunda parte del trabajo se centra en el uso de de como partícula ponderativa en combinación con adjetivos ("¡Está de elegante!") o adverbios ("¡Es de tarde!") y variantes de esas construcciones. Krüger explica cómo la superposición y progresivo pasaje del valor causal al ponderativo se observa en construcciones con adjetivos de marcado valor afectivo como en "Comenzaron a echar espumas de tan cansados" o "De bueno que es da gusto estar con él". En el segundo ejemplo, la anteposición del giro causal da una nota enfática, que también puede intensificarse con el uso de construcciones exclamativas. En casos como ese, la preposición de pierde su valor original, impulsada por el carácter afectivo del adjetivo utilizado, y funciona como una partícula de realce o ponderativa "equivalente a tan en castellano y tant en catalán" (Krüger 1960, 120). De este modo, la de puede llegar a desprenderse totalmente de su valor causal y adquirir independencia sintáctica en casos como "¡De lindo que es este cuadro!", donde prima el valor reforzativo. A partir de esas consideraciones, Krüger describe las siguientes variantes de construcciones con de ponderativa: seguida de una comparación ("Es de hermosa como el sol"); seguida de una subordinada consecutiva ("Es de hermosa que es un primor"); en una construcción exclamativa encabezada por cómo ("¡Cómo hablan de bien el castellano!") o por qué: ("¡Qué de buenos estaban los ravioles!"); en subordinadas encabezadas por según ("No respondió palabra según iba de triste"); y en combinación con el adverbio así ("una mujer así de estupenda"). Tal como adelantamos, Krüger considera que el valor ponderativo de la de causal en los casos anteriores está motivado por el énfasis y el carácter afectivo. De este modo explica:
Hay que buscar pues el germen de la de ponderativa (tal como se presenta en los casos tratados) en el empleo causal de la preposición de más adjetivo, giro gramatical que tan eminentemente se presta a dar relieve y énfasis a la causalidad. A medida que este giro se va cargando de intensidad (proceso al que contribuye mucho el carácter emotivo del adjetivo causal) la preposición pierde su valor primitivo hasta convertirse en una partícula marcadamente ponderativa. Como tal ha ido ensanchando cada vez más su esfera original, empleándose el giro de más adjetivo en lo sucesivo con un matiz característico que apenas deja vislumbrar su origen.
En líneas generales, el filólogo aborda este fenómeno desde el marco teórico de la estilística y se apoya en una serie de referentes de esa corriente (v. apartado 3). El matiz afectivo que adquiere la de explica el cambio sintáctico y estilístico en su uso, que aparece motivado por la necesidad de los hablantes de comunicar significados no referenciales sino expresivos. Para Krüger (1960, 125) se trata de "giros verdaderamente vivientes, nacidos del sentimiento y fieles intérpretes de la emoción" que integran "el repertorio afectivo" del lenguaje hablado. Esos giros se apoyan en recursos fonéticos y gramaticales, como la entonación exclamativa ("¡Ocurren unas cosas de estupendas!") o suspendida ("¡Es una historia de extraña…!") y la combinación con adverbios de cantidad ("¡Tales son de arbitrarias y confusas sus descripciones!"). Krüger pone este fenómeno en relación con otro observado no solo en el español, el castellano y el portugués, sino también en el italiano, el francés y el alemán: el carácter enfático o
de superlativo que adquiere el artículo indefinido en construcciones como "¡Siempre que me habla pone una cara!" o "¿Y qué es entonces esto tan horrible? Tengo un miedo…". En esos casos la elevada afectividad no aparece expresada por un calificativo adecuado (como "increíble", "terrible", "extraordinario", etc.), sino condensada en el artículo y remarcada por la entonación. Krüger utiliza ese ejemplo para ilustrar que el proceso que describe para la de tiene lugar también con otros elementos y en diversas lenguas, en tanto el caso del artículo indefinido presenta "una cierta analogía con la valorización de la preposición de (> partícula ponderativa)" (Krüger 1960, 131).
La de ponderativa combinada con adjetivos, por otro lado, adquiere también un refuerzo al agregársele una comparación o una subordinada consecutiva: la construcción "¡Es de lindo…!" se caracteriza según Krüger por su carácter "comprimido y concentrado" y por "la tensión emotiva" propia de un "giro elíptico" (1960, 131) que muchas veces se soluciona con los recursos antes mencionados como en "Es de linda como un sol" o "Vido llegar una moza de linda y fresca que parecía una madrugada". Allí también Krüger explica esas construcciones como opciones disponibles en el lenguaje hablado para brindar "cierta plasticidad" o nuevos matices reforzativos a la ponderación, en la medida en que agregan una nota concreta al adjetivo, según él, "como se sabe, considerado por el pueblo como demasiado abstracto" (Krüger 1960, 131).
Por otra parte, en un parágrafo Krüger le atribuye a la de partitiva otro posible origen de la de ponderativa. Se trata de la supervivencia del genitivo partitivo latino en construcciones como "¡Qué de flores en el entierro!" que a través del énfasis marcado por el acento y la entonación como en "¡Le voy a dar una de bofetadas...!" cambia "de manera radical" y adquiere sentido ponderativo. Por último, al final del libro, el filólogo dedica una breve sección a las conclusiones generales. Allí destaca, por un lado, la variedad de aspectos que intervienen en el uso de la de reforzativa en los idiomas iberorromances, especialmente en el castellano y en el catalán. Por el otro, señala la dificultad de averiguar en algunos casos el origen exacto de la construcción, aunque destaca como indudables los siguientes: la de con sentido causal; la de partitiva proveniente del latín; y la interferencia ocasional de la de con valor cualitativo que a través del énfasis se vuelve ponderativa. Más allá del análisis particular del fenómeno identificado en el título de la obra como "argentino", Krüger busca subsanar lo que considera un "hueco" en los trabajos existentes hasta el momento sobre el español dado que de este problema "no hablan las gramáticas oficiales" y "lo esbozan apenas ligeramente" los tratadistas. Podemos ver aquí una mirada similar a la que postula Alonso (1930, 5) en el programático "Propósito" con el que presenta la primera publicación de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana. Allí el español sostiene que el trabajo con las variedades americanas puede contribuir a la "especial iluminación de problemas lingüísticos ya planteados, y puede por su parte proponer otros de primera importancia" (Alonso 1930, 5).
3. Referencias teóricas
Para construir el andamiaje teórico de su estudio, Krüger recurre a casi cien obras que pueden dividirse de manera esquemática en cuatro grandes grupos: aquellas de lingüística general, en algunos casos orientadas al estudio de alguna lengua en particular o de las lenguas de la Romania. especialmente el francés; otras que se ocupan del español y sus variedades; otras dedicadas al catalán; y, finalmente, aquellas que describen aspectos de otras lenguas, románicas o no, y que se usan como variable de contraste a lo largo del tratado. A gran parte de los textos referidos, Krüger les dedica reseñas en diversas publicaciones (para una relación de esos comentarios se puede consultar la bibliografía parcial del filólogo reunida en Olbrich 1952 y Moldenhauer 1959, 22-24).
Como parte del primer grupo encontramos algunas obras de la tradición de la romanística alemana, de impronta historicista y neogramática como Prinzipien der Sprachgeschichte de Hermann Paul (1880) o Grammatik der romanischen Sprachen III: Romanische Syntax de Wilhelm Meyer Lübke (1899). Sin embargo, destacan con mayor presencia los trabajos de diversas vertientes de la estilística o preocupadas por la relación entre lengua y pensamiento como Traité de stylistique française (1921 [1909]) y Linguistique générale et linguistique française (1950 [1932]) de Charles Bally, Le style et ses techniques de Maurice Cressot (1947), La penseé et la langue de Ferdinand Brunot (1927 [1922]) y Aufsätze zur romanischen Syntax und Stilistik de Leo Spitzer (1918). Los estudios de sintaxis de distinto tipo constituyen una pieza especialmente relevante, como Probleme der romanischen Syntax de Georg Ebeling (1905), Handbuch der erklärenden Syntax de Wilhelm Havers (1931) o Grundlegung und Grundprobleme der Syntax de Moritz Regula (1951); y, específicamente para el español, The Syntax of Castilian Prose. The 16th Century de Hayward Keniston (1937), la American Spanish Syntax de Charles E. Kany (1945) y el Curso superior de sintaxis española de Samuel Gili Gaya (1948 [1943]). Sobre los dos últimos tratados, Krüger señala con énfasis la ausencia de explicaciones precisas del fenómeno que describe su estudio comparativo que, según entiende, debería constituir un aporte para completar esas lagunas explicativas de los autores con los que dialoga.
Entre las obras del segundo grupo, sobresalen trabajos de referentes que integran lo que Portolés (1992, 574) identifica como "la tradición gramatical sobre la que levantan su obra" los miembros de la segunda generación del Centro de Estudios Históricos: la Gramática de la lengua castellana de Andrés Bello (1936 [1847]), el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana de Rufino José Cuervo (1886, 1893), la Gramática histórica de la lengua castellana de Friedrich Hanssen (1913) y La oración y sus partes de Rudolf Lenz (1935 [1920]). Esto no llama la atención si consideramos el temprano contacto de Krüger con el grupo liderado por Menéndez Pidal ya a comienzos de la segunda década del siglo XX y su colaboración y afinidad con este. El alemán recurre en su estudio también al Cantar del Mío Cid. Texto, gramática y vocabulario (1908-1912 [1893, aumentado 1908-11]) del filólogo español y a obras de sus principales colaboradores en el Centro, como el Manual de pronunciación española de Tomás Navarro Tomás (1918)[9], el mencionado curso de sintaxis de Gili Gaya, la Gramática española de Salvador Fernández Ramírez (1951) y las Lecciones de lingüística general y española de Vicente García de Diego (1951). Por otra parte, Krüger se sirve de un conjunto de trabajos dedicados a variedades del español, que a veces se orientan a la lengua hablada, al aprendizaje del español como lengua extranjera o a ilustrar algún fenómeno determinado como Frases y diálogos de la vida diaria (1925) y Spanische Umgangssprache (1930) de Werner Beinhauer; su propio manual para la enseñanza en Hamburgo, Einführung in das Studium des Neuspanischen (1924); o, especialmente útiles para su objeto de atención, escritos dedicados a los procedimientos disponibles en el español para poner de relieve los elementos de una frase como Die Hervorhebung im Spanischen de Hans Oster (1951) y, entre las adiciones al final de la obra, Formas de relieve en español moderno de Luis Jaime Cisneros (1957). Dentro de las descripciones de características específicas de variedades americanas, destacan el trabajo de Rodolfo Oroz, "El elemento afectivo en el lenguaje chileno" (1938), los Estudios sobre el español de Nuevo México de Aurelio Espinosa en la edición de Amado Alonso y Ángel Rosenblat (1930) y, específicamente de la escena lingüística argentina, La lengua de Martín Fierro de Eleuterio Tiscornia (1930) y El habla rural de San Luis de Berta Vidal de Battini (1949), ambos investigadores cercanos a Amado Alonso. Estos dos últimos especialistas, con estudios dedicados a fenómenos idiosincráticos del español de la Argentina, integran también los programas de la materia Lingüística Romance que Krüger dictó en la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Cuyo[10].
En lo que respecta al tercer grupo identificado, las obras dedicadas al catalán, sobresalen por su frecuencia de aparición el Diccionari català-valencià-balear, artículos de Antoni Maria Alcover y tomos de su Aplec de rondaies mallorquines (como fuente de ejemplos), la Gramática de la lengua catalana de Pompeu Fabra (1912), las "Syntaktische Notizen zum Katalanischen" de Leo Spitzer (1914-1915) y la Gramática histórica catalana de Francesc de Borja Moll (1952). Por supuesto, la obra de Antoni Griera constituye una referencia ineludible para Krüger, que se sirve de su Tresor de la llengua de les tradicions i de la cultura popular de Catalunya (1935-47) y que tuvo contacto personal con el catalanista[11].
Finalmente, el cuarto grupo de referencias está integrado por obras que se refieren al portugués, el italiano, el francés, el provenzal, el gallego, el inglés o el alemán y que abordan fenómenos sintácticos o estilísticos que le sirven a Krüger para comparar o explicar los propios del español y el catalán en los que se centra su estudio. Entre estos encontramos gramáticas como A grammar of the Portuguese Language de Joseph Dunn (1930 [1928]) y la escrita por el propio Krüger con la lectora de la Universidad de Hamburgo, Louise Ey, Portugiesische Konversationsgrammatik (1939); la Gramática do idioma galego de Lugris Freire (1922); Vermischte Beiträge zur französischen Grammatik de Adolf Tobler (1921 [1886-1912]) o Grammatik der Englischen Sprache de Immanuel Schmidt (1908 [1876]), por mencionar algunas. Asimismo, recurre a tratados de estilística, como la Estilistica da lingua portuguesa de Manuel Rodriguez Lapa (1945); a estudios de sintaxis como Französische Syntax de Joseph Haas (1916) o Syntax du français moderne de George y Robert Le Bidois (1935); y a trabajos que se ocupan de los mecanismos lingüísticos para dar relieve a elementos en las frases, como el de Carl Theodor Gossen sobre el italiano, Studien zur syntaktischen und stilistischen Hervorhebung im modernen Italienisch (1954).
Este extenso entramado de referencias y recursos utilizados, de los que hemos mencionado solo algunos, responde también al tipo de abordaje que delinea Alonso al presentar la Biblioteca de dialectología hispánica y que Krüger practica ya desde su tarea en Hamburgo, como vimos antes: "relacionar geográficamente cada forma dialectal con la correspondiente de todas las regiones hispánicas", lo que requiere "rebuscar no sólo en los estudios dialectales donde se las ordena metódicamente, sino en el mar de papel de los numerosos vocabularios regionales y en los libros de carácter gramatical y didáctico" (Alonso 1930, 6).
4. Corpus de ejemplos argentinos
Para armar el corpus que ilustra las construcciones estudiadas, Krüger abreva en tres tipos de fuentes: ocurrencias registradas en estudios especializados, extractos de piezas literarias que reproducen géneros populares y material recogido por el propio Krüger y sus colaboradores. Presentamos aquí el origen de aquellos señalados como argentinos:
Tal como vemos en la Tabla 1, predominan los ejemplos provenientes de fuentes orales directas o indirectas. Destacan aquellos recogidos "del argentino familiar" por Cecilia Enet, alumna de segundo año de la Facultad de Filosofía y Letras, de quien Krüger señala en el prólogo haber recibido una "excelente colaboración" y "datos particularmente valiosos" (Krüger 1960, 16). Asimismo, la contribución del romanista cordobés Luis Prieto, también celebrada en el prólogo por participar de la "discusión de los problemas planteados" (Krüger 1960, 16), resalta a lo largo de la obra por señalar peculiaridades propias de la variedad local, como en el caso en el que la fórmula de…que abandona su carácter causativo y adquiere un matiz irónico como en "—Llegamos muy temprano.
—Sí, de tan temprano que llegaron perdieron el tren" (Krüger 1960, 75). Los intercambios personales de Krüger aparecen también a lo largo del libro como una fuente: tal es el caso, por ejemplo, del "andaluz residente en Mendoza desde hace 30 años" o de correspondencia suya referida a la publicación de los Anales que cita en una oportunidad.
Si bien predominan las fuentes orales directas o indirectas, Krüger recurre también a materiales escritos: la prensa en dos oportunidades y piezas literarias signadas por un trabajo de recuperación o estilización del habla popular. Entre estas últimas destacan aquellas de teatro costumbrista, con obras de Florencio Sánchez y Gregorio Laferrere; y de literatura gauchesca, con el Martín Fierro de José Hernández o Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes. Sobresale también el gran número de ejemplos tomados del libro de relatos Las mil y una noches argentinas, del folklorista mendocino y colega de Krüger en la Universidad cuyana Juan Draghi Lucero, en el que se registra una fuerte presencia de la oralidad y de sus "giros coloridos y palabras recias" (Luna 1941: 208). En términos de Krüger, se trata de un corpus que da cuenta del "lenguaje hablado tal como se refleja en cuentos populares, dramas, sainetes, novelas regionales, etc. y en la realidad" (Krüger 1960, 16).
5. Reflexiones finales
Como intentamos mostrar en este recorrido, El argentinismo "es de lindo" utiliza, en términos generales, herramientas metodológicas de la geografía lingüística y la dialectología, a la vez que recurre a la perspectiva estilística para explicar la ocurrencia de los fenómenos descriptos. Ese abordaje metodológico es consistente tanto con la posición teórica adoptada por Krüger en trabajos previos a su llegada a la Argentina como con la propuesta establecida por Alonso en los años treinta para la dialectología hispanoamericana. Aunque la estilística no constituye un ámbito en el que Krüger haya indagado especialmente ni en su producción europea ni en la americana, de foco más etnográfico y folklórico, reflexiones sobre el español de la Argentina como las que aquí realiza tienen lugar para el filólogo alemán en un arco de relación con las variedades peninsulares y con otras lenguas románicas: la realidad lingüística americana aparece así con más fuerza en su producción y en el mapa global de la Romania que delinea, perspectiva que se verifica igualmente en el extenso y complejo sistema de referencias teóricas que dan forma al análisis que Krüger propone en este trabajo.
Así, este estudio comparativo parece ser fruto de las primeras impresiones y registros del nuevo entorno lingüístico y científico con el que el filólogo toma contacto a partir de su emigración, tanto como de su nueva tarea docente. La Universidad de Cuyo, alineada con el programa del gobierno peronista, parece haber dado una fuerte relevancia a la literatura argentina y a la investigación de fenómenos locales (Aveiro 2014), más allá de la tradición europea. En ese contexto general cobra sentido la selección que Krüger hace de obras literarias pertenecientes en parte al canon de literatura nacional y de aquellas de carácter popular como fuentes de ejemplos, con un criterio similar al que en sus trabajos previos había aplicado al elegir ocasionalmente piezas europeas para el estudio de fenómenos propios de Francia o de la península ibérica y cruzarlas con los datos etnográficos (Ros Fontana 1999). En el estudio comentado, el trabajo con registros de las variedades locales orales del español, en este caso reunidos por una de sus colaboradoras, replica en pequeña escala sus métodos de recolección en Europa a la vez que incorpora datos recogidos allí previamente. Asimismo, su contacto con la producción lingüística académica argentina aparece mediado por sus vínculos previos con el hispanismo (en particular, según hemos visto, con Alonso) a la vez que contextualmente estimulado por su nueva casa de estudios, con lecturas que parecen responder a las primeras estrategias de inserción en el campo disciplinar local. Como resultado deja una obra que continúa a grandes rasgos su tarea previa, pero incorpora con más fuerza la conexión entre fenómenos americanos y europeos y da cuenta de un comienzo de diálogo con la producción científica argentina.
Bibliografía
Fuentes primarias
Krüger, Fritz. 1914. Studien zur Lautgeschichte Westspanischer Mundarten auf Grund von Untersuchungen an Ort und Stelle. Mit Notizen zur Verbalflexion und Zwei Übersichtskarten. Hamburgo.
Krüger, Fritz. 1949. Carta a Amado Alonso, 30 de julio de 1949. Cambridge (Mass.): Archivos de Amado Alonso en la Universidad de Harvard.
Krüger, Fritz. 1951. Carta a Amado Alonso, 17 de octubre de 1951. Cambridge (Mass.): Archivos de Amado Alonso en la Universidad de Harvard.
Krüger, Fritz. 1960. El argentinismo "es de lindo". Sus variantes y antecedentes peninsulares. Estudio de sintaxis comparativa. Madrid: CSIC.
Fuentes secundarias
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Settekorn, Wolfgang. 1992. "Die Hamburger Schule. Wissenschaftliche und ideologische Implikationen". En: Beitl, K. & Chiva, I. (eds.), Wörter und Sachen (SB der Philologisch-historischen Klasse, Bd. 586). Viena: AdW, 139-166.
Settekorn, Wolfgang. 2001. "Die Forschungseinrichtung Wörter und Sachen". En: Auroux, Sylvain et al. (eds.), History of the Language Sciences. An International Handbook of the Evolution of the Study of Language from the Beginnings to the Present 2. Berlin / New York: De Gruyter, 1628-1649.
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Toscano y García, Guillermo et al. 2014. "Les archives d'Amado ALONSO (1896-1952): correspondance et travaux inédits". En: Chepiga, Valentina & Sofía, Estanislao (eds.), Archives et manuscrits de linguistes: études et état des lieux. Louvain-la-Neuve: Academia-Bruylant (coll. "Sciences du langage : carrefours et points de vue"), 175-185
Traugott, Elizabeth Closs. 2001. "Legitimate Counterexamples to Directionality", conferencia leída en la Universität Freiburg, 17 de octubre de 2001. Disponible en: http://www.stanford.edu/~traugott/papers/Freiburg.Unidirect.pdf.
[1] Sobre el movimiento "Palabras y cosas" v. por ejemplo Settekorn, 2001 y sobre la escuela de Hamburgo, Settekorn, 1992 y Deutschmann 1992.
[2] Meding (1999, 24) se refiere a la desnazificación como la intención de los aliados de alcanzar el "desmembramiento del nacionalsocialismo y sus articulaciones políticas" traducido en la práctica en una "operación de limpieza a gran escala para alejar de los puestos de mando a todas aquellas personas que hubieran tenido una vinculación estrecha con el Estado nacionalsocialista". Esto se llevó se llevó a cabo con distintas características según la zona de ocupación y el país a cargo correspondiente. En líneas generales involucró tribunales ad hoc de evaluación sumaria de ciudadanos y/o la recolección de información sobre los grados de participación de estos en el sistema nacionalsocialista a través de encuestas, que luego examinaba y calificaba una comisión específica. En las regiones bajo dominio estadounidense, los ciudadanos fueron clasificados
según las respuestas a los cuestionarios en cinco categorías, de un grado mayor a uno
menor de involucramiento: I. "culpables principales/ criminales de guerra" [Hauptschuldige/ Kriegsverbrecher], II. "comprometidos" [Belastete], III. "escasa o medianamente comprometidos" [Minderbelastete], IV. "simpatizantes" [Mitläufer] y V. "exonerados" [Entlastete]. Cada condición habilitaba el acceso a determinadas raciones o puestos de trabajo, podía también implicar el pago de multas y las más involucradas traían aparejado el arresto inmediato. Con el comienzo de la Guerra Fría y la competencia de EE. UU. y la URSS por sus zonas de influencia, la Alemania dividida adquirió un nuevo peso en el campo de relaciones internacionales, lo que a su vez hizo que cambiaran las prioridades respecto de las políticas a aplicar sobre los alemanes. En las zonas occidentales, la necesidad de depuración del nacionalsocialismo bajó a un escalón de prioridad inferior de frente a la lucha contra el enemigo del Este y consecuentemente derivó en disposiciones menos rígidas (Meding 1999, 26). Sobre las dificultades en la implementación práctica del sistema de desnazificación, los vacíos en las áreas de producción, educación y gestión como consecuencia de esta, las particularidades del proceso en las distintas zonas de ocupación y las propuestas de reeducación, véase: "Demokratisierung durch Entnazifizierung und Erziehung" en el dossier Nationalsozialismus und Zweiter Weltkrieg de la Bundeszentrale für politische Bildung (BPB), disponible online en http://www.bpb.de/geschichte/nationalsozialismus/dossiernationalsozialismus/39605/entnazifizierung-und-erziehung?p=2 (consultado por última vez el 17 de septiembre de 2019).
[3] Una larga negociación le concedió una pensión, revisó su actuación durante el régimen y le otorgó la categoría de "exonerado" (Entlastete). Sin embargo, no se le permitió retomar ni la docencia ni la investigación universitarias.
[4] Para un detalle sobre los fondos documentales de Amado Alonso, v. Toscano y García, Battista y Lidgett (2014).
[5] En 1954 esa revista publicó otro estudio de Krüger, "El perfecto de los verbos –ar en los dialectos de Sanabria y sus zonas colindantes", vol. XXXVIII, nº 1/4.
[6] Unos años antes, en 1956, la misma colección había publicado el trabajo de Krüger Problemas etimológicos. Las raíces car-, carr- y corr- en los dialectos peninsulares. Además, en 1960 Krüger visitó el Centro de Estudios de Etnografía Peninsular en Madrid. En ese mismo año estuvo allí también dictando un cursillo la lingüista Berta Vidal de Battini (Memoria CSIC 1960: 96, 97), una referente importante de la escena lingüística argentina en el estudio que nos ocupa, como veremos en detalle más adelante.
[7] Se destacan especialmente Studien zur Lautgeschichte westspanischer Mundarten anhand von Untersuchungen an Ort und Stelle mit Notizen zur Verbalflexion und zwei Übersichtskarten (1914), El dialecto de San Ciprián de Sanabria (1925), Die Nordwestiberische Volkskultur (1927) y Die Hochpyrinäen (1935, 1936, 1938 y 1939).
[8] Original: "[…] unsere Idiome nicht als etwas Alleinstehendes, Isoliertes, sondern als ein zu einem großen Ganzen gehöriges Gebilde zu fassen".
[9] Krüger reseñó la obra de Tomás Navarro Tomás en 1920 para la revista Spanien II y en 1921 para el Archiv für das Studium der Neueren Sprachen und Literaturen. Asimismo es responsable de la única versión del libro comentada y traducida al alemán (Olbrich 1952, XIII). V. Handbuch der spanischen Aussprache. Leipzig & Berlin: B. G. Teubner, 1923.
[10] En una carta que Krüger le envía a Alonso en julio de 1949, poco tiempo después de su llegada a la Argentina y del comienzo de su trabajo en Mendoza, menciona a la lingüista Berta Vidal de Battini y elogia al español como impulsor del trabajo de esta sobre San Luis, al tiempo que comenta que se trata de "un aporte brillante en el área de lo hispanoamericano", aunque teme que "serán en la Argentina poco frecuentes los investigadores de una perseverancia como la de la autora" (Krüger 1949, la traducción es mía).
[11] En la carta antes mencionada en la que Krüger le ofrece a Alonso su estudio sobre "El argentinismo 'es de lindo'" para publicarlo como anejo de la Nueva Revista de Filología Hispánica comenta también su intención de dedicarle el trabajo al "bueno de Griera" (Krüger 1951).
—Sí, de tan temprano que llegaron perdieron el tren" (Krüger 1960, 75). Los intercambios personales de Krüger aparecen también a lo largo del libro como una fuente: tal es el caso, por ejemplo, del "andaluz residente en Mendoza desde hace 30 años" o de correspondencia suya referida a la publicación de los Anales que cita en una oportunidad.
Si bien predominan las fuentes orales directas o indirectas, Krüger recurre también a materiales escritos: la prensa en dos oportunidades y piezas literarias signadas por un trabajo de recuperación o estilización del habla popular. Entre estas últimas destacan aquellas de teatro costumbrista, con obras de Florencio Sánchez y Gregorio Laferrere; y de literatura gauchesca, con el Martín Fierro de José Hernández o Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes. Sobresale también el gran número de ejemplos tomados del libro de relatos Las mil y una noches argentinas, del folklorista mendocino y colega de Krüger en la Universidad cuyana Juan Draghi Lucero, en el que se registra una fuerte presencia de la oralidad y de sus "giros coloridos y palabras recias" (Luna 1941: 208). En términos de Krüger, se trata de un corpus que da cuenta del "lenguaje hablado tal como se refleja en cuentos populares, dramas, sainetes, novelas regionales, etc. y en la realidad" (Krüger 1960, 16).
5. Reflexiones finales
Como intentamos mostrar en este recorrido, El argentinismo "es de lindo" utiliza, en términos generales, herramientas metodológicas de la geografía lingüística y la dialectología, a la vez que recurre a la perspectiva estilística para explicar la ocurrencia de los fenómenos descriptos. Ese abordaje metodológico es consistente tanto con la posición teórica adoptada por Krüger en trabajos previos a su llegada a la Argentina como con la propuesta establecida por Alonso en los años treinta para la dialectología hispanoamericana. Aunque la estilística no constituye un ámbito en el que Krüger haya indagado especialmente ni en su producción europea ni en la americana, de foco más etnográfico y folklórico, reflexiones sobre el español de la Argentina como las que aquí realiza tienen lugar para el filólogo alemán en un arco de relación con las variedades peninsulares y con otras lenguas románicas: la realidad lingüística americana aparece así con más fuerza en su producción y en el mapa global de la Romania que delinea, perspectiva que se verifica igualmente en el extenso y complejo sistema de referencias teóricas que dan forma al análisis que Krüger propone en este trabajo.
Así, este estudio comparativo parece ser fruto de las primeras impresiones y registros del nuevo entorno lingüístico y científico con el que el filólogo toma contacto a partir de su emigración, tanto como de su nueva tarea docente. La Universidad de Cuyo, alineada con el programa del gobierno peronista, parece haber dado una fuerte relevancia a la literatura argentina y a la investigación de fenómenos locales (Aveiro 2014), más allá de la tradición europea. En ese contexto general cobra sentido la selección que Krüger hace de obras literarias pertenecientes en parte al canon de literatura nacional y de aquellas de carácter popular como fuentes de ejemplos, con un criterio similar al que en sus trabajos previos había aplicado al elegir ocasionalmente piezas europeas para el estudio de fenómenos propios de Francia o de la península ibérica y cruzarlas con los datos etnográficos (Ros Fontana 1999). En el estudio comentado, el trabajo con registros de las variedades locales orales del español, en este caso reunidos por una de sus colaboradoras, replica en pequeña escala sus métodos de recolección en Europa a la vez que incorpora datos recogidos allí previamente. Asimismo, su contacto con la producción lingüística académica argentina aparece mediado por sus vínculos previos con el hispanismo (en particular, según hemos visto, con Alonso) a la vez que contextualmente estimulado por su nueva casa de estudios, con lecturas que parecen responder a las primeras estrategias de inserción en el campo disciplinar local. Como resultado deja una obra que continúa a grandes rasgos su tarea previa, pero incorpora con más fuerza la conexión entre fenómenos americanos y europeos y da cuenta de un comienzo de diálogo con la producción científica argentina.
Bibliografía
Fuentes primarias
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Krüger, Fritz. 1951. Carta a Amado Alonso, 17 de octubre de 1951. Cambridge (Mass.): Archivos de Amado Alonso en la Universidad de Harvard.
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Fuentes secundarias
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Toscano y García, Guillermo et al. 2014. "Les archives d'Amado ALONSO (1896-1952): correspondance et travaux inédits". En: Chepiga, Valentina & Sofía, Estanislao (eds.), Archives et manuscrits de linguistes: études et état des lieux. Louvain-la-Neuve: Academia-Bruylant (coll. "Sciences du langage : carrefours et points de vue"), 175-185
Traugott, Elizabeth Closs. 2001. "Legitimate Counterexamples to Directionality", conferencia leída en la Universität Freiburg, 17 de octubre de 2001. Disponible en: http://www.stanford.edu/~traugott/papers/Freiburg.Unidirect.pdf.
[1] Sobre el movimiento "Palabras y cosas" v. por ejemplo Settekorn, 2001 y sobre la escuela de Hamburgo, Settekorn, 1992 y Deutschmann 1992.
[2] Meding (1999, 24) se refiere a la desnazificación como la intención de los aliados de alcanzar el "desmembramiento del nacionalsocialismo y sus articulaciones políticas" traducido en la práctica en una "operación de limpieza a gran escala para alejar de los puestos de mando a todas aquellas personas que hubieran tenido una vinculación estrecha con el Estado nacionalsocialista". Esto se llevó se llevó a cabo con distintas características según la zona de ocupación y el país a cargo correspondiente. En líneas generales involucró tribunales ad hoc de evaluación sumaria de ciudadanos y/o la recolección de información sobre los grados de participación de estos en el sistema nacionalsocialista a través de encuestas, que luego examinaba y calificaba una comisión específica. En las regiones bajo dominio estadounidense, los ciudadanos fueron clasificados
según las respuestas a los cuestionarios en cinco categorías, de un grado mayor a uno
menor de involucramiento: I. "culpables principales/ criminales de guerra" [Hauptschuldige/ Kriegsverbrecher], II. "comprometidos" [Belastete], III. "escasa o medianamente comprometidos" [Minderbelastete], IV. "simpatizantes" [Mitläufer] y V. "exonerados" [Entlastete]. Cada condición habilitaba el acceso a determinadas raciones o puestos de trabajo, podía también implicar el pago de multas y las más involucradas traían aparejado el arresto inmediato. Con el comienzo de la Guerra Fría y la competencia de EE. UU. y la URSS por sus zonas de influencia, la Alemania dividida adquirió un nuevo peso en el campo de relaciones internacionales, lo que a su vez hizo que cambiaran las prioridades respecto de las políticas a aplicar sobre los alemanes. En las zonas occidentales, la necesidad de depuración del nacionalsocialismo bajó a un escalón de prioridad inferior de frente a la lucha contra el enemigo del Este y consecuentemente derivó en disposiciones menos rígidas (Meding 1999, 26). Sobre las dificultades en la implementación práctica del sistema de desnazificación, los vacíos en las áreas de producción, educación y gestión como consecuencia de esta, las particularidades del proceso en las distintas zonas de ocupación y las propuestas de reeducación, véase: "Demokratisierung durch Entnazifizierung und Erziehung" en el dossier Nationalsozialismus und Zweiter Weltkrieg de la Bundeszentrale für politische Bildung (BPB), disponible online en http://www.bpb.de/geschichte/nationalsozialismus/dossiernationalsozialismus/39605/entnazifizierung-und-erziehung?p=2 (consultado por última vez el 17 de septiembre de 2019).
[3] Una larga negociación le concedió una pensión, revisó su actuación durante el régimen y le otorgó la categoría de "exonerado" (Entlastete). Sin embargo, no se le permitió retomar ni la docencia ni la investigación universitarias.
[4] Para un detalle sobre los fondos documentales de Amado Alonso, v. Toscano y García, Battista y Lidgett (2014).
[5] En 1954 esa revista publicó otro estudio de Krüger, "El perfecto de los verbos –ar en los dialectos de Sanabria y sus zonas colindantes", vol. XXXVIII, nº 1/4.
[6] Unos años antes, en 1956, la misma colección había publicado el trabajo de Krüger Problemas etimológicos. Las raíces car-, carr- y corr- en los dialectos peninsulares. Además, en 1960 Krüger visitó el Centro de Estudios de Etnografía Peninsular en Madrid. En ese mismo año estuvo allí también dictando un cursillo la lingüista Berta Vidal de Battini (Memoria CSIC 1960: 96, 97), una referente importante de la escena lingüística argentina en el estudio que nos ocupa, como veremos en detalle más adelante.
[7] Se destacan especialmente Studien zur Lautgeschichte westspanischer Mundarten anhand von Untersuchungen an Ort und Stelle mit Notizen zur Verbalflexion und zwei Übersichtskarten (1914), El dialecto de San Ciprián de Sanabria (1925), Die Nordwestiberische Volkskultur (1927) y Die Hochpyrinäen (1935, 1936, 1938 y 1939).
[8] Original: "[…] unsere Idiome nicht als etwas Alleinstehendes, Isoliertes, sondern als ein zu einem großen Ganzen gehöriges Gebilde zu fassen".
[9] Krüger reseñó la obra de Tomás Navarro Tomás en 1920 para la revista Spanien II y en 1921 para el Archiv für das Studium der Neueren Sprachen und Literaturen. Asimismo es responsable de la única versión del libro comentada y traducida al alemán (Olbrich 1952, XIII). V. Handbuch der spanischen Aussprache. Leipzig & Berlin: B. G. Teubner, 1923.
[10] En una carta que Krüger le envía a Alonso en julio de 1949, poco tiempo después de su llegada a la Argentina y del comienzo de su trabajo en Mendoza, menciona a la lingüista Berta Vidal de Battini y elogia al español como impulsor del trabajo de esta sobre San Luis, al tiempo que comenta que se trata de "un aporte brillante en el área de lo hispanoamericano", aunque teme que "serán en la Argentina poco frecuentes los investigadores de una perseverancia como la de la autora" (Krüger 1949, la traducción es mía).
[11] En la carta antes mencionada en la que Krüger le ofrece a Alonso su estudio sobre "El argentinismo 'es de lindo'" para publicarlo como anejo de la Nueva Revista de Filología Hispánica comenta también su intención de dedicarle el trabajo al "bueno de Griera" (Krüger 1951).