Gerda Haßler
"La enseñanza de idiomas debe cambiar". El pensamiento metodológico de Wilhelm Viëtor y su trasfondo lingüístico
1. Introducción
Para su polémico artículo Der Sprachunterricht muss umkehren ('La enseñanza de idiomas debe cambiar' 1882), Wilhelm Viëtor (1850-1918) escoge el subtítulo ein Beitrag zur Überbürdungsfrage von Quousque Tandem ('Una contribución al problema de la sobrecarga por Quousque Tandem'), homenajeando al autor de la obra titulada Die Überbürdung der Schuljugend (1882, 'La sobrecarga de la juventud escolar') publicada poco antes. El autor de la Überbürdung der Schuljugend ('Sobrecarga de la juventud escolar') era Friedrich Wilhelm Fricke (1810-1852) quien había seguido la teoría de Johann Friedrich Herbart (1776-1841), conocido como sucesor de Immanuel Kant (1724-1804) en la cátedra de Königsberg, y fundador de una pedagogía moderna basada en la psicología y en una metodología compleja que aspiraba a la claridad, la asociación, el sistema y el método. Fricke hacía un alegato por una ortografía simplificada y fonológica del alemán (Fricke 1877, 1880), lo que tenía en común con Viëtor. El polémico artículo de Viëtor se considera en manuales de didáctica de las lenguas extranjeras como una acta constitutiva del método directo en la enseñanza de lenguas extranjeras. Se le atribuye la idea del uso exclusivo de la lengua extranjera y la exclusión absoluta de la lengua materna que incluye la enseñanza inductiva de la gramática. Con esta consideración se desconoce que el método de enseñar la lengua, utilizándola en clase, haya sido, al parecer, un fenómeno muy extendido en el último tercio del siglo XIX. En España se le conoce a Viëtor como el padre del llamado "movimiento reformista" (Sánchez 1992, 172). La transcripción fonética y la lengua oral, que asumían un papel importante en la nueva clase, fueron interpretadas de modos diferentes y también de forma polémica. Desgraciadamente, España permanecía al margen de estas inquietudes didácticas.
En este trabajo, analizaré primero el polémico artículo de Viëtor para contextualizarlo después en las corrientes de la lingüística de su tiempo y descubrir las influencias posibles. Asimismo, me concentraré en la influencia de August Schleicher (1821-1868) en el concepto de lengua de Viëtor.
2. El escrito polémico de Viёtor
La vida de Viëtor era típica para un filólogo de su tiempo. Wilhelm Viëtor nació en la Navidad de 1850 en Nassau, Rhine-Franconia, y era hijo de un pastor protestante. Después de asistir a las escuelas secundarias de Wiesbaden y Weilburg, a petición de su padre, se dedicó a estudiar teología, pero también filología en Berlín y Marburgo. Después de un breve período de enseñanza en varias escuelas de Inglaterra, regresó a Alemania para hacer su doctorado.
A continuación, trabajó como profesor en escuelas de Wiesbaden, Essen y Düsseldorf, antes de aceptar un puesto de profesor de alemán en el University College Liverpool durante varios años. En 1884 recibió el nombramiento, primero de profesor extraordinario y, diez años después, de profesor titular de filología inglesa en la Universidad de Marburgo. Después de enseñar allí durante 34 años, una prolongada enfermedad y el dolor por la pérdida de su hijo menor en la Primera Guerra Mundial lo llevó a la muerte el 22 de septiembre de 1918.
El seudónimo Quousque Tandem bajo el cual Viëtor había publicado la primera edición de su polémico artículo se elucidó rápidamente y, desde la segunda edición (1886), la pequeña obra aparece con el nombre del autor en el frontispicio. Viëtor empieza con su postura frente a la sobrecarga de los alumnos que sería causada por el mismo sistema escolar. La enseñanza de lenguas que constituye dos tercios del tiempo de los cursos en los institutos de enseñanza secundaria es, según Viёtor, una parte importante de esta sobrecarga. Además, la adquisición de las lenguas durante este tiempo considerablemente largo de seis hasta nueve años llegaría a un nivel mediocre.
Para buscar las razones de este muy mal estado de la enseñanza de lenguas extranjeras, Viëtor invita a sus lectores a considerar la enseñanza de la lengua materna en la educación primaria. Viëtor considera que la enseñanza del alemán, por ejemplo, de la gramática alemana, es como una "tortura inútil" ("nutzlose Quälerei") porque los niños no entienden nada. En consecuencia, esta enseñanza no puede formar el espíritu y no ayuda a la adquisición de un alemán vivo:
Mindestens einmal, in der Vorschule, ist diese und überhaupt die deutsche Grammatik eine nutzlose Quälerei. Verstanden wird sie ja nicht; geistbildend kann sie daher nicht wirken; und dass die Kinder daraus ihr lebendiges Deutsch lernten, wird wohl auch niemand im Ernste sich einbilden[1]. (Viёtor 1886 [1882]2, 5)
Viëtor deplora la confusión de los sonidos y de las letras, estas últimas siendo simplemente una imposición arbitraria que no tiene nada que ver con la lengua misma. Con esta idea repite un tópico que se encuentra muy a menudo en la lingüística de su época. Ese cuestionamiento se encuentra formulado en el Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure (1857-1913) de la siguiente manera:
[…] l'écriture voile la vue de la langue : elle n'est pas un vêtement, mais un travestissement[2]. (Wunderli [Saussure] (2013 [1916], 106)
La crítica de Viëtor apunta sobre todo a la no-coincidencia de la imagen de la lengua enseñada con la realidad lingüística (v. Bredereck & Lademann 1984). Así, en la lengua alemana se enseñaría a los alumnos que no se podría pronunciar una consonante sin el socorro de una vocal y que solo las vocales podrían formar una sílaba. Eso sería una contradicción con respecto al uso de enunciados que consisten en una sola consonante, por ejemplo, cuando uno espanta a los pollos en un corral (sch), o también la formación de una sílaba por tres consonantes, cuando uno exige silencio (bst) (Viёtor 21886 [1882], 3).
La orientación en la estructura da lugar al mantenimiento de diptongos ei y ai [ăi : āi] y a la pronunciación sonora de las oclusivas b, d, g al final de una palabra que, en realidad, se ha perdido hace tiempo en alemán. Además, la enseñanza incorrecta de los profesores de primaria habría provocado la pronunciación estirada de la vocal en el artículo das, en oposición a la conjunción dass. Para remediar esta situación, Viёtor se remite al lingüista August Schleicher (1821-1868) quien había requerido que cada uno hable de manera espontánea la lengua que se tenga en común y la lengua de la conversación a la cual llama un tesoro inestimable:
Da ist es freilich besser (und das ist jetzt doch im ganzen das Ende vom Lied), wenn jeder „die uns allen gemeinsame Schriftsprache und höhere Umgangssprache“, „dieses unschätzbare Kleinod“, spricht, „wie ihm der Schnabel gewachsen ist“. So verlangt es kein Geringerer als Schleicher[3]. („Die deutsche Sprache”. 4. Aufl. v. J. Schmidt, Stuttgart, Cotta 1879) […] (Viёtor 1886 [1882]2, 4)
Los estudios de fonética ayudan a destacar el valor y la importancia de la lengua oral. Esta tiene una incidencia directa en la práctica de la enseñanza: es preciso aprender la lengua que se habla con el fin de poder comunicarse con los hablantes nativos (Sánchez 1992, 247). Además, Viёtor otorga importancia al texto. Existe el requerimiento de ofrecer a los estudiantes textos debidamente "contextualizados" y no palabras y frases descontextualizadas. La traducción, asociada a frases desprovistas del contexto, es fuertemente criticada y dejada de lado.
Viёtor critica la enseñanza de la gramática de acuerdo a las partes del discurso que fue adoptada de la lengua latina y transferida a la lengua alemana que no conoce la distinción entre sustantivos fuertes y flojos. La gramática sufriría más bien la desaparición de las desinencias antiguas y la infiltración de palabras extranjeras "de las cuales un amigo sabio de nuestra lengua tendría que alegrarse" ("über welche sich jeder einsichtige Freund unserer Sprache nur freuen kann", Viёtor 1886 [1882]2, 5). La aplicación de la doctrina fundamentalmente errónea a la enseñanza de lenguas extranjeras resulta nociva. Las ideas de Viёtor se derivan hacia una metodología inductiva, hacia un 'método natural': las reglas gramaticales de la lengua deben "inducirse" indirectamente por cada estudiante.
Viёtor se apoya en el orientalista británico Archibald Henry Sayce (1846-1933) para afirmar que la lengua consiste en sonidos y no en letras. Es a él a quien debe la idea —que nos parece muy humboldtiana— de que la lengua se forma por la actividad inconsciente de un todo y que la vida de una sociedad está cambiando y evolucionando perpetuamente (Viёtor 1886 [1882]2, 5-6). Por lo tanto, no se puede restringir la gramática de una lengua a un cierto número de reglas fijas que, una vez establecidas por un gramático, funcionarían inalte-rablemente como las leyes de Media y de Persia. Al contrario, la gramática es lo que el pueblo hace de ella; lo que estaba en moda ayer se olvida hoy, y lo que es correcto hoy, será falso mañana:
[…] folglich kann man die Grammatik einer Sprache nicht in eine Reihe starrer Regeln zwängen, die, einmal vom Grammatiker abgefasst, so unabänderlich sind wie die Gesetze der Meder und Perser. Im Gegenteil, Grammatik ist, was die Gesellschaft daraus macht; was gestern im Schwang war, ist heute vergessen, und was heute richtig ist, wird morgen falsch sein[4]. (Viёtor 1886 [1882]2, 6)
Según Viёtor, una persona no hablará una lengua aprendiendo largas listas de palabras y no la comprenderá después de haber aprendido sus reglas de gramática. Su argumentación se basa en una constante oposición al principio formal ("das formale Prinzip", Viёtor 1886 [1882]2, 6) que considera como nocivo la adquisición de una lengua. Critica la enseñanza de la pronunciación después de la escritura y según manuales anticuados, como, por ejemplo, un manual para el inglés que fue publicado por primera vez en 1791 o la pronunciación de las consonantes francesas según el dialecto del país natal, por ejemplo, la que da chai bas gonfianze en lugar de j'ai pas confiance (Viёtor 1886 [1882]2, 9) o la acentuación de la última sílaba de una palabra según el acento léxico alemán.
Viёtor (1886 [1882]2, 13) critica la introducción de la flexión nominal y la considera como una obstinación debida a una creencia desatinada en la tradición ("Verblendung gedankenloser Traditionsgläubigkeit"). Los sustantivos franceses no tienen caso formal y el plural no se marca en la lengua hablada, salvo en el enlace (liaison) donde se designa el caso por un [z]. La orientación de la descripción hacia la lengua hablada se muestra también en la afirmación que la forma femenina de los adjetivos no se construye por la adición de la vocal -e. Además, la conjugación francesa sería completamente diferente de su descripción en las gramáticas. Las formas del singular perdieron la marca de la persona y, en plural, la primera y la segunda persona coinciden.
Viёtor constata que hay muchos detritos de épocas anteriores que la corriente de la lengua lleva consigo y que no se explican a partir de la lengua contemporánea. Estos "establos de Augías" tendrían que ser limpiados. La transposición de la gramática greco-latina no estaría justificada para la sintaxis de las lenguas modernas, porque la forma y el sentido son indivisibles, como el cuerpo y el alma, forman ambas la lengua, y la escritura no es más que su vestido:
[…] Form und Sinn sind unzertrennlich, wie Leib und Seele; beide bilden die Sprache, und deren Kleid nur ist die Schrift[5]. (Viёtor 1886 [1882]2, 6)
En la parte sobre la metodología de la enseñanza, Viёtor empieza haciendo una comparación hecha por el lingüista húngaro Samuel Brassai (1800-1897). El método de la gramática de Donat puede compararse con el procedimiento que sigue un carpintero para enseñar su oficio a un aprendiz: Primero, le mostraría modelos o trozos de madera y los clasificaría según su peso, dureza y color, etc. Después, clasificaría las herramientas según sus partes constituyentes en grupos y subgrupos. Continuaría esta enseñanza hasta que el aprendiz sepa enumerar todas las clases y todas las partes constituyentes, sin haber labrado la madera o trepado un taladro con una barrena.
El método de la enseñanza de lenguas no estaría muy lejos de este método propuesto por Donat porque los profesores enseñan las palabras y las reglas de gramática. Viёtor se refiere otra vez a Sayce para repetir el axioma "La lengua no consiste en palabras" ("Die Sprache besteht nicht aus Wörtern", Viёtor 1886 [1882]2, 20). En cuanto a las reglas gramaticales, Viёtor (1886 [1882]2, 22) hace un alegato por la vía inductiva de su adquisición que permite despertar la actividad de los alumnos. La obligación de Viёtor a Sayce es evidente en su polémico artículo. Cita, entre otros, una página entera de este autor donde expresa su escepticismo frente a la adquisición de lenguas antiguas, limitada a palabras y reglas de gramática y no aspirando a pensar en una lengua extranjera. Según Viёtor, una lengua consiste, sobre todo, en sonidos, pronunciados por seres humanos y llenos de sentido.
En muchos trabajos sobre la didáctica de las lenguas extranjeras, el polémico artículo de Viëtor es considerado como el acta de nacimiento del método directo de la enseñanza. Se le atribuye la idea del uso exclusivo de la lengua extranjera y la exclusión de la lengua materna. Este concepto incluye la enseñanza inductiva de la gramática. Si uno piensa que Viëtor había inventado el método directo, desconoce entonces que había trabajos anteriores que propusieron la enseñanza de lenguas por métodos similares y precursores del modo oral e inductivo. Así, por ejemplo, Gottlieb Heness, en su Leitfaden für den Unterricht der Deutschen Sprache (1884, 'Guía para la enseñanza de la lengua alemana'), había subrayado la comunicación natural como actividad central de la enseñanza de la lengua, y Claude Marcel, en su obra L'étude des langues ramenée à ses véritables principes, ou l'art de penser dans une langue étrangère (1867, 'El estudio de las lenguas reducido a sus principios verdaderos, o arte de hablar en una lengua extranjera') había descrito el aprendizaje de una lengua por la comprensión oral y escrita. En su trabajo L'art d'enseigner et d'étudier les langues ('El arte de enseñar y estudiar las lenguas') publicado en 1880, el profesor de lenguas François Gouin propagó la enseñanza de las lenguas extranjeras sin reglas y sin ejercicios de traducción, pero con la ayuda de visualizaciones y actividades lúdicas en relación con situaciones cotidianas. Es difícil establecer una filiación de ideas, pero es ciertamente posible constatar que la enseñanza de lenguas a partir de la comunicación oral era muy divulgada durante el último tercio del siglo XIX (v. Besse 1980, 2012, Christ 1990).
Los tres grandes principios del "nuevo método" de Viёtor pueden resumirse así (Viёtor 1893; Sánchez 1992, 248):
a. Las lenguas extranjeras deben aprenderse sobre todo mediante textos conectados (= contextualizados).
b. La gramática ha de ser relegada a un segundo plano. Las lenguas extranjeras hay que aprenderlas por imitación y pensando en ellas, no traduciendo.
c. Las lenguas vivas han de aprenderse antes que las lenguas "muertas" (= clásicas).
3. El contexto lingüístico de Viёtor
En la segunda parte de este artículo, intentaré analizar el contexto lingüístico de Viёtor. Las ideas de Viёtor pueden explicarse principalmente por el desarrollo de la fonética y por el interés de sus representantes por la enseñanza. Son sobre todo los trabajos de los fonetistas de la época, entre ellos, los de Jean-Pierre Rousselot (1846-1924), Henry Sweet (1845-1912) y Alexander Graham Bell (1847-1922), que podían hacer avanzar el método directo.
Viёtor compartía con Rousselot el objeto completamente práctico (Rousselot 1902, 9) de la descripción de la pronunciación, ligada a un fin de normalización y de unificación:
Le sentiment d'unité, qui se manifeste dans tous les pays, fait naître le besoin d'un type unique pour chaque langue nationale non seulement dans l'écriture (ce qui existe déjà), mais aussi dans la prononciation (ce qui est encore loin de se réaliser complètement). D'autre part, celui qui consacre à l'étude d'une langue étrangère de longues années, a bien le droit d'exiger qu'on la lui enseigne sous sa forme la plus pure[6]. (Rousselot 1902, 9)
El francés es entonces originariamente de París, escribió Rousselot (1902, 11: "Le français, c'est donc originairement la langue de Paris"). Sin embargo, como el principal medio de expansión del francés era lo escrito, penetraron en esta lengua todos los dialectos que había sustituido. El francés no sería así una lengua artificial impuesta por obras literarias poderosas, como el italiano y el alemán, sino la lengua del rey llevada por la administración a las provincias. La literatura habría venido después (Rousselot 1902, 11). Viёtor aplica esta posterioridad de la literatura a la enseñanza de las lenguas. Por supuesto, la descripción exacta y la ilustración por imágenes del aparato articulatorio, de las posiciones de los labios o del levantamiento de la lengua no se encuentran en los trabajos de Viёtor, pero utiliza un esquema de los órganos articulatorios muy semejante al de Rousselot:
"La enseñanza de idiomas debe cambiar". El pensamiento metodológico de Wilhelm Viëtor y su trasfondo lingüístico
1. Introducción
Para su polémico artículo Der Sprachunterricht muss umkehren ('La enseñanza de idiomas debe cambiar' 1882), Wilhelm Viëtor (1850-1918) escoge el subtítulo ein Beitrag zur Überbürdungsfrage von Quousque Tandem ('Una contribución al problema de la sobrecarga por Quousque Tandem'), homenajeando al autor de la obra titulada Die Überbürdung der Schuljugend (1882, 'La sobrecarga de la juventud escolar') publicada poco antes. El autor de la Überbürdung der Schuljugend ('Sobrecarga de la juventud escolar') era Friedrich Wilhelm Fricke (1810-1852) quien había seguido la teoría de Johann Friedrich Herbart (1776-1841), conocido como sucesor de Immanuel Kant (1724-1804) en la cátedra de Königsberg, y fundador de una pedagogía moderna basada en la psicología y en una metodología compleja que aspiraba a la claridad, la asociación, el sistema y el método. Fricke hacía un alegato por una ortografía simplificada y fonológica del alemán (Fricke 1877, 1880), lo que tenía en común con Viëtor. El polémico artículo de Viëtor se considera en manuales de didáctica de las lenguas extranjeras como una acta constitutiva del método directo en la enseñanza de lenguas extranjeras. Se le atribuye la idea del uso exclusivo de la lengua extranjera y la exclusión absoluta de la lengua materna que incluye la enseñanza inductiva de la gramática. Con esta consideración se desconoce que el método de enseñar la lengua, utilizándola en clase, haya sido, al parecer, un fenómeno muy extendido en el último tercio del siglo XIX. En España se le conoce a Viëtor como el padre del llamado "movimiento reformista" (Sánchez 1992, 172). La transcripción fonética y la lengua oral, que asumían un papel importante en la nueva clase, fueron interpretadas de modos diferentes y también de forma polémica. Desgraciadamente, España permanecía al margen de estas inquietudes didácticas.
En este trabajo, analizaré primero el polémico artículo de Viëtor para contextualizarlo después en las corrientes de la lingüística de su tiempo y descubrir las influencias posibles. Asimismo, me concentraré en la influencia de August Schleicher (1821-1868) en el concepto de lengua de Viëtor.
2. El escrito polémico de Viёtor
La vida de Viëtor era típica para un filólogo de su tiempo. Wilhelm Viëtor nació en la Navidad de 1850 en Nassau, Rhine-Franconia, y era hijo de un pastor protestante. Después de asistir a las escuelas secundarias de Wiesbaden y Weilburg, a petición de su padre, se dedicó a estudiar teología, pero también filología en Berlín y Marburgo. Después de un breve período de enseñanza en varias escuelas de Inglaterra, regresó a Alemania para hacer su doctorado.
A continuación, trabajó como profesor en escuelas de Wiesbaden, Essen y Düsseldorf, antes de aceptar un puesto de profesor de alemán en el University College Liverpool durante varios años. En 1884 recibió el nombramiento, primero de profesor extraordinario y, diez años después, de profesor titular de filología inglesa en la Universidad de Marburgo. Después de enseñar allí durante 34 años, una prolongada enfermedad y el dolor por la pérdida de su hijo menor en la Primera Guerra Mundial lo llevó a la muerte el 22 de septiembre de 1918.
El seudónimo Quousque Tandem bajo el cual Viëtor había publicado la primera edición de su polémico artículo se elucidó rápidamente y, desde la segunda edición (1886), la pequeña obra aparece con el nombre del autor en el frontispicio. Viëtor empieza con su postura frente a la sobrecarga de los alumnos que sería causada por el mismo sistema escolar. La enseñanza de lenguas que constituye dos tercios del tiempo de los cursos en los institutos de enseñanza secundaria es, según Viёtor, una parte importante de esta sobrecarga. Además, la adquisición de las lenguas durante este tiempo considerablemente largo de seis hasta nueve años llegaría a un nivel mediocre.
Para buscar las razones de este muy mal estado de la enseñanza de lenguas extranjeras, Viëtor invita a sus lectores a considerar la enseñanza de la lengua materna en la educación primaria. Viëtor considera que la enseñanza del alemán, por ejemplo, de la gramática alemana, es como una "tortura inútil" ("nutzlose Quälerei") porque los niños no entienden nada. En consecuencia, esta enseñanza no puede formar el espíritu y no ayuda a la adquisición de un alemán vivo:
Mindestens einmal, in der Vorschule, ist diese und überhaupt die deutsche Grammatik eine nutzlose Quälerei. Verstanden wird sie ja nicht; geistbildend kann sie daher nicht wirken; und dass die Kinder daraus ihr lebendiges Deutsch lernten, wird wohl auch niemand im Ernste sich einbilden[1]. (Viёtor 1886 [1882]2, 5)
Viëtor deplora la confusión de los sonidos y de las letras, estas últimas siendo simplemente una imposición arbitraria que no tiene nada que ver con la lengua misma. Con esta idea repite un tópico que se encuentra muy a menudo en la lingüística de su época. Ese cuestionamiento se encuentra formulado en el Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure (1857-1913) de la siguiente manera:
[…] l'écriture voile la vue de la langue : elle n'est pas un vêtement, mais un travestissement[2]. (Wunderli [Saussure] (2013 [1916], 106)
La crítica de Viëtor apunta sobre todo a la no-coincidencia de la imagen de la lengua enseñada con la realidad lingüística (v. Bredereck & Lademann 1984). Así, en la lengua alemana se enseñaría a los alumnos que no se podría pronunciar una consonante sin el socorro de una vocal y que solo las vocales podrían formar una sílaba. Eso sería una contradicción con respecto al uso de enunciados que consisten en una sola consonante, por ejemplo, cuando uno espanta a los pollos en un corral (sch), o también la formación de una sílaba por tres consonantes, cuando uno exige silencio (bst) (Viёtor 21886 [1882], 3).
La orientación en la estructura da lugar al mantenimiento de diptongos ei y ai [ăi : āi] y a la pronunciación sonora de las oclusivas b, d, g al final de una palabra que, en realidad, se ha perdido hace tiempo en alemán. Además, la enseñanza incorrecta de los profesores de primaria habría provocado la pronunciación estirada de la vocal en el artículo das, en oposición a la conjunción dass. Para remediar esta situación, Viёtor se remite al lingüista August Schleicher (1821-1868) quien había requerido que cada uno hable de manera espontánea la lengua que se tenga en común y la lengua de la conversación a la cual llama un tesoro inestimable:
Da ist es freilich besser (und das ist jetzt doch im ganzen das Ende vom Lied), wenn jeder „die uns allen gemeinsame Schriftsprache und höhere Umgangssprache“, „dieses unschätzbare Kleinod“, spricht, „wie ihm der Schnabel gewachsen ist“. So verlangt es kein Geringerer als Schleicher[3]. („Die deutsche Sprache”. 4. Aufl. v. J. Schmidt, Stuttgart, Cotta 1879) […] (Viёtor 1886 [1882]2, 4)
Los estudios de fonética ayudan a destacar el valor y la importancia de la lengua oral. Esta tiene una incidencia directa en la práctica de la enseñanza: es preciso aprender la lengua que se habla con el fin de poder comunicarse con los hablantes nativos (Sánchez 1992, 247). Además, Viёtor otorga importancia al texto. Existe el requerimiento de ofrecer a los estudiantes textos debidamente "contextualizados" y no palabras y frases descontextualizadas. La traducción, asociada a frases desprovistas del contexto, es fuertemente criticada y dejada de lado.
Viёtor critica la enseñanza de la gramática de acuerdo a las partes del discurso que fue adoptada de la lengua latina y transferida a la lengua alemana que no conoce la distinción entre sustantivos fuertes y flojos. La gramática sufriría más bien la desaparición de las desinencias antiguas y la infiltración de palabras extranjeras "de las cuales un amigo sabio de nuestra lengua tendría que alegrarse" ("über welche sich jeder einsichtige Freund unserer Sprache nur freuen kann", Viёtor 1886 [1882]2, 5). La aplicación de la doctrina fundamentalmente errónea a la enseñanza de lenguas extranjeras resulta nociva. Las ideas de Viёtor se derivan hacia una metodología inductiva, hacia un 'método natural': las reglas gramaticales de la lengua deben "inducirse" indirectamente por cada estudiante.
Viёtor se apoya en el orientalista británico Archibald Henry Sayce (1846-1933) para afirmar que la lengua consiste en sonidos y no en letras. Es a él a quien debe la idea —que nos parece muy humboldtiana— de que la lengua se forma por la actividad inconsciente de un todo y que la vida de una sociedad está cambiando y evolucionando perpetuamente (Viёtor 1886 [1882]2, 5-6). Por lo tanto, no se puede restringir la gramática de una lengua a un cierto número de reglas fijas que, una vez establecidas por un gramático, funcionarían inalte-rablemente como las leyes de Media y de Persia. Al contrario, la gramática es lo que el pueblo hace de ella; lo que estaba en moda ayer se olvida hoy, y lo que es correcto hoy, será falso mañana:
[…] folglich kann man die Grammatik einer Sprache nicht in eine Reihe starrer Regeln zwängen, die, einmal vom Grammatiker abgefasst, so unabänderlich sind wie die Gesetze der Meder und Perser. Im Gegenteil, Grammatik ist, was die Gesellschaft daraus macht; was gestern im Schwang war, ist heute vergessen, und was heute richtig ist, wird morgen falsch sein[4]. (Viёtor 1886 [1882]2, 6)
Según Viёtor, una persona no hablará una lengua aprendiendo largas listas de palabras y no la comprenderá después de haber aprendido sus reglas de gramática. Su argumentación se basa en una constante oposición al principio formal ("das formale Prinzip", Viёtor 1886 [1882]2, 6) que considera como nocivo la adquisición de una lengua. Critica la enseñanza de la pronunciación después de la escritura y según manuales anticuados, como, por ejemplo, un manual para el inglés que fue publicado por primera vez en 1791 o la pronunciación de las consonantes francesas según el dialecto del país natal, por ejemplo, la que da chai bas gonfianze en lugar de j'ai pas confiance (Viёtor 1886 [1882]2, 9) o la acentuación de la última sílaba de una palabra según el acento léxico alemán.
Viёtor (1886 [1882]2, 13) critica la introducción de la flexión nominal y la considera como una obstinación debida a una creencia desatinada en la tradición ("Verblendung gedankenloser Traditionsgläubigkeit"). Los sustantivos franceses no tienen caso formal y el plural no se marca en la lengua hablada, salvo en el enlace (liaison) donde se designa el caso por un [z]. La orientación de la descripción hacia la lengua hablada se muestra también en la afirmación que la forma femenina de los adjetivos no se construye por la adición de la vocal -e. Además, la conjugación francesa sería completamente diferente de su descripción en las gramáticas. Las formas del singular perdieron la marca de la persona y, en plural, la primera y la segunda persona coinciden.
Viёtor constata que hay muchos detritos de épocas anteriores que la corriente de la lengua lleva consigo y que no se explican a partir de la lengua contemporánea. Estos "establos de Augías" tendrían que ser limpiados. La transposición de la gramática greco-latina no estaría justificada para la sintaxis de las lenguas modernas, porque la forma y el sentido son indivisibles, como el cuerpo y el alma, forman ambas la lengua, y la escritura no es más que su vestido:
[…] Form und Sinn sind unzertrennlich, wie Leib und Seele; beide bilden die Sprache, und deren Kleid nur ist die Schrift[5]. (Viёtor 1886 [1882]2, 6)
En la parte sobre la metodología de la enseñanza, Viёtor empieza haciendo una comparación hecha por el lingüista húngaro Samuel Brassai (1800-1897). El método de la gramática de Donat puede compararse con el procedimiento que sigue un carpintero para enseñar su oficio a un aprendiz: Primero, le mostraría modelos o trozos de madera y los clasificaría según su peso, dureza y color, etc. Después, clasificaría las herramientas según sus partes constituyentes en grupos y subgrupos. Continuaría esta enseñanza hasta que el aprendiz sepa enumerar todas las clases y todas las partes constituyentes, sin haber labrado la madera o trepado un taladro con una barrena.
El método de la enseñanza de lenguas no estaría muy lejos de este método propuesto por Donat porque los profesores enseñan las palabras y las reglas de gramática. Viёtor se refiere otra vez a Sayce para repetir el axioma "La lengua no consiste en palabras" ("Die Sprache besteht nicht aus Wörtern", Viёtor 1886 [1882]2, 20). En cuanto a las reglas gramaticales, Viёtor (1886 [1882]2, 22) hace un alegato por la vía inductiva de su adquisición que permite despertar la actividad de los alumnos. La obligación de Viёtor a Sayce es evidente en su polémico artículo. Cita, entre otros, una página entera de este autor donde expresa su escepticismo frente a la adquisición de lenguas antiguas, limitada a palabras y reglas de gramática y no aspirando a pensar en una lengua extranjera. Según Viёtor, una lengua consiste, sobre todo, en sonidos, pronunciados por seres humanos y llenos de sentido.
En muchos trabajos sobre la didáctica de las lenguas extranjeras, el polémico artículo de Viëtor es considerado como el acta de nacimiento del método directo de la enseñanza. Se le atribuye la idea del uso exclusivo de la lengua extranjera y la exclusión de la lengua materna. Este concepto incluye la enseñanza inductiva de la gramática. Si uno piensa que Viëtor había inventado el método directo, desconoce entonces que había trabajos anteriores que propusieron la enseñanza de lenguas por métodos similares y precursores del modo oral e inductivo. Así, por ejemplo, Gottlieb Heness, en su Leitfaden für den Unterricht der Deutschen Sprache (1884, 'Guía para la enseñanza de la lengua alemana'), había subrayado la comunicación natural como actividad central de la enseñanza de la lengua, y Claude Marcel, en su obra L'étude des langues ramenée à ses véritables principes, ou l'art de penser dans une langue étrangère (1867, 'El estudio de las lenguas reducido a sus principios verdaderos, o arte de hablar en una lengua extranjera') había descrito el aprendizaje de una lengua por la comprensión oral y escrita. En su trabajo L'art d'enseigner et d'étudier les langues ('El arte de enseñar y estudiar las lenguas') publicado en 1880, el profesor de lenguas François Gouin propagó la enseñanza de las lenguas extranjeras sin reglas y sin ejercicios de traducción, pero con la ayuda de visualizaciones y actividades lúdicas en relación con situaciones cotidianas. Es difícil establecer una filiación de ideas, pero es ciertamente posible constatar que la enseñanza de lenguas a partir de la comunicación oral era muy divulgada durante el último tercio del siglo XIX (v. Besse 1980, 2012, Christ 1990).
Los tres grandes principios del "nuevo método" de Viёtor pueden resumirse así (Viёtor 1893; Sánchez 1992, 248):
a. Las lenguas extranjeras deben aprenderse sobre todo mediante textos conectados (= contextualizados).
b. La gramática ha de ser relegada a un segundo plano. Las lenguas extranjeras hay que aprenderlas por imitación y pensando en ellas, no traduciendo.
c. Las lenguas vivas han de aprenderse antes que las lenguas "muertas" (= clásicas).
3. El contexto lingüístico de Viёtor
En la segunda parte de este artículo, intentaré analizar el contexto lingüístico de Viёtor. Las ideas de Viёtor pueden explicarse principalmente por el desarrollo de la fonética y por el interés de sus representantes por la enseñanza. Son sobre todo los trabajos de los fonetistas de la época, entre ellos, los de Jean-Pierre Rousselot (1846-1924), Henry Sweet (1845-1912) y Alexander Graham Bell (1847-1922), que podían hacer avanzar el método directo.
Viёtor compartía con Rousselot el objeto completamente práctico (Rousselot 1902, 9) de la descripción de la pronunciación, ligada a un fin de normalización y de unificación:
Le sentiment d'unité, qui se manifeste dans tous les pays, fait naître le besoin d'un type unique pour chaque langue nationale non seulement dans l'écriture (ce qui existe déjà), mais aussi dans la prononciation (ce qui est encore loin de se réaliser complètement). D'autre part, celui qui consacre à l'étude d'une langue étrangère de longues années, a bien le droit d'exiger qu'on la lui enseigne sous sa forme la plus pure[6]. (Rousselot 1902, 9)
El francés es entonces originariamente de París, escribió Rousselot (1902, 11: "Le français, c'est donc originairement la langue de Paris"). Sin embargo, como el principal medio de expansión del francés era lo escrito, penetraron en esta lengua todos los dialectos que había sustituido. El francés no sería así una lengua artificial impuesta por obras literarias poderosas, como el italiano y el alemán, sino la lengua del rey llevada por la administración a las provincias. La literatura habría venido después (Rousselot 1902, 11). Viёtor aplica esta posterioridad de la literatura a la enseñanza de las lenguas. Por supuesto, la descripción exacta y la ilustración por imágenes del aparato articulatorio, de las posiciones de los labios o del levantamiento de la lengua no se encuentran en los trabajos de Viёtor, pero utiliza un esquema de los órganos articulatorios muy semejante al de Rousselot:
Fig. 1. Rousselot & Laclotte (1902, 20)
Fig. 2. Viёtor (1890, I)
El primer paso hacia el aprendizaje de la pronunciación sería, según los fonetistas, la emancipación del deletreo por letras. Sweet describió claramente que la relación entre los sonidos y las letras no es unívoca:
The first step is, to emancipate ourselves from the influence of our traditional spelling. Every one realizes that rite, write, right, wright all express exactly the same sound, and that ow in bow-window and to make a bow expresses two distinct sounds; but many have a difficulty in realizing that father and farther, savour and save her have exactly the same sound in educated Southern English speech. (Sweet 1892, 2-3)
Para hacer aprender una buena pronunciación del alemán, Viёtor publicó un manual de lectura en escritura fonética (Viёtor 1899/1902) que se asemeja mucho a los ejercicios que Rousselot había integrado en su Précis de prononciation francaise. Los autores habían elaborado sus propios sistemas de transcripción, pero a partir de la cuarta edición de 1906, Viёtor utilizó el alfabeto fonético de la Asociación Fonética Internacional:
Fig. 2. Viёtor (1890, I)
El primer paso hacia el aprendizaje de la pronunciación sería, según los fonetistas, la emancipación del deletreo por letras. Sweet describió claramente que la relación entre los sonidos y las letras no es unívoca:
The first step is, to emancipate ourselves from the influence of our traditional spelling. Every one realizes that rite, write, right, wright all express exactly the same sound, and that ow in bow-window and to make a bow expresses two distinct sounds; but many have a difficulty in realizing that father and farther, savour and save her have exactly the same sound in educated Southern English speech. (Sweet 1892, 2-3)
Para hacer aprender una buena pronunciación del alemán, Viёtor publicó un manual de lectura en escritura fonética (Viёtor 1899/1902) que se asemeja mucho a los ejercicios que Rousselot había integrado en su Précis de prononciation francaise. Los autores habían elaborado sus propios sistemas de transcripción, pero a partir de la cuarta edición de 1906, Viёtor utilizó el alfabeto fonético de la Asociación Fonética Internacional:
Fig. 3. Rousselot & Laclotte (1902, 196-197
Fig. 4. Viёtor (1899/1902, I, 82-83)
La orientación en la lengua hablada era una actitud que Viёtor tenía en común con los fonetistas de su época y la tomó prestada de ellos. Además, la orientación hacia el vocabulario de la lengua cotidiana fue apoyada por los trabajos en dialectología (por ejemplo, Georg Wenker (1852-1911), Jules Gilliéron (1854-1926), Jean Haust (1868-1946)). Tal vez es menos evidente que la lingüística histórico-comparativa, particularmente la escuela de los neogra-máticos con sus métodos positivistas (v. Koerner 1982), haya podido influenciar el método oral e inductivo de la enseñanza de lenguas extranjeras. En cuanto a Viëtor, su formación lingüística estaba sujeta a fuertes influencias de la lingüís-tica histórico-comparativa. Este autor había comenzado su carrera por el estudio del dialecto de su región (Viёtor 1875) y continuado mediante sus trabajos sobre textos antiguos que intensificaron su interés en la fonética (Viёtor 1976, 1884).
Otro apoyo al método oral e inductivo, en general, era ciertamente la concepción de la lengua como una actividad. Este concepto podría provenir de la teoría de Wilhelm von Humboldt (1767-1835) (v. Thouard 2016), pero no es posible probar una influencia directa de este autor. La idea de la lengua como energeia, eso quiere decir una actividad creativa permanente que no puede describirse en un estado fijo, aparece en las obras de muchos autores de la época. Siguiendo las indicaciones del mismo Viёtor, debía al orientalista Archibald Henry Sayce las publicaciones, las cuales había probablemente conocido durante su estancia como profesor de alemán en la Universidad de Liverpool. No cita exactamente la obra de Sayce donde había encontrado la idea que uno no puede describir el vocabulario de una lengua porque está cambiando continuamente, pero en la gramática de la lengua asiria encontramos el siguiente pasaje:
A dictionary, in the true sense of the word, is impossible: we can have only a vocabulary which is being continually enlarged and corrected. (Sayce 1872. V. también Sayce 1877)
El concepto de 'creatividad lingüística' por medio del cual se produce continuamente nuevas palabras en relación con el desarrollo de los conocimientos de los seres humanos era muy corriente en la época y de este modo, Sayce no tenía que tomar prestado el concepto de 'creatividad lingüística' de Wilhelm von Humboldt, que había proclamado la identidad del lenguaje y del pensamiento y, de esta manera, otorgado una visión del mundo determinada por las lenguas particulares, se encontraba en conflicto con la aplicación de un método de enseñanza de lenguas extranjeras que rechazaba tomar en cuenta la lengua materna.
Otra idea presente en el escrito de Viёtor y que estaba muy extendida en su época era la concepción de la lengua como un todo orgánico que resiste al despedazamiento en palabras y reglas gramaticales. Esta idea aparece también en la obra de Humboldt (1903-1936, IV,3. V. Haßler 1991, 120), pero había tomado forma autónoma bajo la denominación de organismo introducida por muchos autores (v. Haßler 2017):
[…] sie [die Sprache] muß in jedem Augenblick ihres Daseyns dasjenige besitzen, was sie zu einem Ganzen macht. Unmittelbarer Aushauch eines organischen Wesens in dessen sinnlicher und geistiger Geltung, theilt sie darin die Natur alles Organischen, dass Jedes in ihr nur durch das Andre, und Alles nur durch die eine, das Ganze durchdringende Kraft besteht[7]. (Humboldt 1903-1936, IV, 3. V. Haßler 1991, 120)
En una perspectiva vitalista, el término organismo fue introducido por Friedrich Schlegel (1772-1829) en 1808. Este erudito llamó lenguas orgánicas a la lengua india y la griega porque contienen un principio vivo en su desarrollo. Las comparaba con una vegetación abundante y fecunda (Schlegel 1837, 47). La conexión con la biología evolucionista parece garantizar el carácter científico de la lingüística. Esta conexión produjo un neologismo en la lingüística, la morfología, que deviene de más en más por la importancia en los esfuerzos de los lingüistas que querían construir una teoría evolucionista del lenguaje, realizando un estudio comparado y sistémico de las lenguas (v. Séguy-Duclot 2011, 9).
Esta idea vitalista no era la base de todos los trabajos que tenían la palabra organismo en sus títulos o que pretendían describirlo (v. Klippi 2010). En la mitad del siglo XIX, en Alemania, el concepto de 'organismo' aparece en descripciones de lenguas destinadas a la enseñanza, por ejemplo, en Becker (1841), Schmitt (1851), Schraut (1852), Braubach (1853).
Primero, el uso del concepto de 'organismo' no deriva de una metáfora a partir del organismo de un ser biológico, sino más bien de la comparación con otro organismo compuesto de varios elementos que forman un todo. En el libro de Braubach, destinado a ser utilizado en la enseñanza, la palabra organismo está fuertemente ligada a la simetría del sistema:
Spricht man von Organismus der Sprache, so sollte sich von selbst verstehen, daß man auch der den einzelnen Gliedern der Organismus eigenen Symmetrie nachgehen muss[8]. (Braubach 1853, X)
Esta posición no fue aceptada unánimemente en la mitad del siglo XIX, lo que se puede comprobar mediante los trabajos de autores menores, como el Organismo de la lengua de Becker, dedicado a Humboldt, en el cual el autor declara que la actividad de hablar proviene de la necesidad interna de la vida orgánica del hombre:
Die Verrichtung des Sprechens geht mit einer inneren Nothwendigkeit aus dem organischen Leben des Menschen hervo: denn der Mensch spricht, weil er denkt; und mit der Verrichtung des Denkens ist zugleich die Verrichtung des Sprechens gegeben. (Becker 1841, 1-2)[9]
En la definición de lo que se puede considerar como organismo natural había muchas diferencias. Mientras que Humboldt suponía un principio creativo que aseguraba la conexión del organismo como totalidad individual, la lingüística de la segunda mitad del siglo XIX se refería a un organismo bajo una perspectiva meramente naturalista.
4. Viёtor y la influencia de Schleicher
El concepto de la lengua como organismo espiritual, cuyo motor es la fuerza creativa del genio de la nación, fue sustituido por August Schleicher (1821-1868) por la definición de la lengua como organismo natural. El inicio de este organismo natural sería trazable a una primera célula lingüística indiferenciada (Schleicher 1869 [1860], 1863, 1868, v. Schlanger 1995 [1971]: 129).
La lectura de Darwin inspiró a Schleicher en su trabajo La teoría de Darwin y la ciencia del lenguaje publicada en 1863. Se trata de una carta abierta a Ernst Haeckel (1834-1919) en la cual aplica el concepto 'la lucha por la vida' a la vida de las lenguas y sugiere la transferencia de categorías de las ciencias naturales a la lingüística. Declara nítidamente que la glótica o la ciencia de la lengua sería una ciencia natural:
Les langues sont des organismes naturels qui, en dehors de toute volonté humaine et suivant les lois déterminées, naissent, croissent, se développent, vieillissent et meurent; elles manifestent donc, elles aussi, cette série de phénomènes qu'on comprend habituellement sous le nom de vie. La glottique ou science du langage est par suite une science naturelle; sa méthode est d'une manière générale la même que celle des autres sciences naturelles[10]. (Schleicher 1980 [1863], 61-62])
En su polémico artículo, Viёtor cita a varios lingüistas sin analizar sus teorías, pero rinde homenaje, sobre todo, al lingüista naturalista Schleicher al que considera una autoridad importante. La concepción de la lengua como una criatura orgánica sujeta a las leyes de la evolución era compatible con el camino inductivo del aprendizaje de una lengua.
Viёtor parece conocer, sobre todo, el trabajo de Schleicher sobre la lengua alemana (Schleicher 1869 [1860]). En este libro, Schleicher se opone claramente a la enseñanza de la gramática practicada en las escuelas que produciría un horror con respecto a la gramática y que no conduciría al conocimiento de la lengua. Schleicher denomina la memorización de formas, practicada en las escuelas por la palabra supercompuesta Jugendlustverderber que significa 'detractor de los placeres de la juventud' y le niega la capacidad de enseñar el genio de la lengua. Este genio que consiste en el organismo de la lengua no se puede adquirir, faltando una enseñanza adecuada y libros sobre la lengua, comprensibles para el gran público:
Vom Wesen der Sprache, ihren Formen, Sippen u.s.f. weiß man aber in der Regel so viel als gar nichts; wer vom Bau der Sprache und von der wissenschaftlichen Darstellung derselben, von Grammatik, hört, wendet sich in der Regel von der dadurch geweckten Erinnerung an die qualvollen Zeiten, als j'aime, tu aimes, mensa, mensae, týpto, týpteis und andere Jugendlustverderber memorirt werden mußten, gerne wieder ab, freut sich mit dergleichen trocknem Kram nichts mehr zu schaffen zu haben und bedauert von Herzen den Mann, der „Grammatik" sich zur ausschließlichen Lebensaufgabe gemacht hat. In der Art und Weise, wie bis jetzt der Sprachunterricht fast allgemein erteilt wird, liegt allerdings eine Berechtigung dieses gelinden Horrors vor Grammatik, daß man vom Wesen der Sprache so wenig kennt, vom Organismus derselben so mangelhafte Anschauungen hat, ist theils die Folge des üblichen Schulunterrichts, theils ist aber auch der Grund darin zu suchen, daß es an allgemein verständlichen Büchern über sprachliche Dinge noch so gut als völlig gebricht[11]. (Schleicher 1869 [1860], 3-4)
El organismo de la lengua está concebido como un organismo natural, comparable a las plantas y a los animales. Schleicher utiliza varias metáforas, entre otras la 'vida de la lengua' que refleja más completamente su concepto. La formación de una lengua es para él una actividad del hombre que precede la historia (Schleicher 1869 [1860], 35). Con el inicio de la historia, la decadencia de la lengua empezaría y se proseguiría durante toda la historia (Schleicher 1869 [1860], 37):
Das Leben der Sprache zerfällt also vor allem in zwei völlig gesonderte Perioden: in die Entwicklungsgeschichte der Sprache: vorhistorische Periode, und in die Geschichte des Verfalles der sprachlichen Form: historische Periode[12]. (Schleicher 1869 [1860] 37)
Atribuir esta paralelización de la vida de los hombres y de la vida de las lenguas a Viёtor sería, por supuesto, una exageración. El objetivo de Viёtor, la reforma de la enseñanza de las lenguas, era mucho más modesto. Pero la concepción vitalista y holística de la lengua que quiere explicar la forma y la función a partir del sonido era algo común a Viёtor y a Schleicher.
Referencias bibliográficas
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[1] 'Por lo menos una vez, en la educación elemental, la gramática alemana es una tortura inútil que no se entiende; no puede ser instructiva para el espíritu; y uno no puede imaginar que los niños aprendan a partir de eso un alemán vivo' (trad. de la autora).
[2] 'La escritura tiende un velo sobre la lengua, ella no es un vestido, sino un disfraz' (trad. de la autora).
[3] 'No obstante sería mejor (y esto es el final de la canción) que cada uno hable “la lengua escrita que se tenga en común y el lenguaje coloquial a un alto nivel”, “este tesoro inestimable”, como se quiera hablar. Esto le requiere el gran Schleicher [...]' (trad. de la autora).
[4] 'Por lo tanto, no se puede poner a la gramática de una lengua un cierto número de reglas fijas que, una vez establecidas por un gramático, funcionarían inalterablemente como las leyes de Media y de Persia. Al contrario, la gramática es lo que la sociedad hace de ella; lo que estaba en moda ayer se olvida hoy, y lo que es correcto hoy, será falso mañana' (trad. de la autora).
[5] 'La forma y el sentido son indivisibles, como el cuerpo y el alma, forman ambas la lengua, y la escritura no es más que su vestido' (trad. de la autora).
[6] 'El sentimiento de unidad que se manifiesta en todos los países produce la necesidad de un tipo único para cada lengua nacional, no solamente en la escritura (lo que ya existe), sino también en la pronunciación (lo que está todavía lejos de realizarse completamente). Por otro lado, quien consagra largos años al estudio de una lengua tiene el derecho de exigir que se la enseñe de la manera más pura' (trad. de la autora).
[7] '[…] Ella [la lengua] debe poseer en todo momento de su existencia aquello que la hace un organismo. Como expresión inmediata de un ser orgánico en cuya validez sensorial y mental comparte la naturaleza de todo lo orgánico que existe en ella solo por el otro, y todo solo por la fuerza única que penetra el todo' (trad. de la autora).
[8] 'Si uno habla del organismo de una lengua, se entiende por si solo que se debe estudiar la simetría de los diferentes elementos del organismo' (trad. de la autora).
[9] 'La actividad de hablar proviene de la necesidad interna de la vida orgánica del hombre, pues el hombre habla porque piensa; y con la ejecución del pensamiento se realiza al mismo tiempo el hablar.' (trad. de la autora).
[10] 'Las lenguas son organismos naturales que, fuera de toda voluntad humana y siguiendo las leyes determinadas, nacen, crecen, se desarrollan, envejecen y mueren; por lo tanto, ellas manifiestan también esta serie de fenómenos que se entiende habitualmente bajo el nombre de vida. La glótica o ciencia del lenguaje es, por consiguiente, una ciencia natural; su método es de una manera general el mismo que el de otras ciencias naturales' (trad. de la autora).
[11] 'Del ser de la lengua, de sus formas, de su parentesco con otras lenguas, etc. se sabe normalmente casi nada; quien entiende algo sobre la estructura de la lengua y de su exposición científica, de gramática, evita recordar los tiempos dolorosos cuando tenía que memorizar [las formas verbales] j’aime, tu aimes, mensa, mensae, týpto, týpteis y otros detractores de los placeres de la juventud, y se alegra de no tener nada más que ver con un material tan seco y lamenta profundamente al hombre que ha hecho de la “gramática” su tarea exclusiva de la vida. Sin embargo, en la forma en que se ha impartido la enseñanza de idiomas casi en forma general hasta ahora, se justifica este leve horror ante la gramática, el hecho de que se conozca tan poco la naturaleza de la lengua y se tenga una visión tan deficiente de ella como organismo es, en parte, una consecuencia de la enseñanza escolar normal, pero en parte la razón también se encuentra en el hecho de que se carece de libros generalmente comprensibles sobre cuestiones lingüísticas' (trad. de la autora).
[12] 'La vida de la lengua se divide así en dos períodos completamente separados: la historia del desarrollo de la lengua: el período prehistórico, y la historia de la decadencia de la forma lingüística: el período histórico' (trad. de la autora).
La orientación en la lengua hablada era una actitud que Viёtor tenía en común con los fonetistas de su época y la tomó prestada de ellos. Además, la orientación hacia el vocabulario de la lengua cotidiana fue apoyada por los trabajos en dialectología (por ejemplo, Georg Wenker (1852-1911), Jules Gilliéron (1854-1926), Jean Haust (1868-1946)). Tal vez es menos evidente que la lingüística histórico-comparativa, particularmente la escuela de los neogra-máticos con sus métodos positivistas (v. Koerner 1982), haya podido influenciar el método oral e inductivo de la enseñanza de lenguas extranjeras. En cuanto a Viëtor, su formación lingüística estaba sujeta a fuertes influencias de la lingüís-tica histórico-comparativa. Este autor había comenzado su carrera por el estudio del dialecto de su región (Viёtor 1875) y continuado mediante sus trabajos sobre textos antiguos que intensificaron su interés en la fonética (Viёtor 1976, 1884).
Otro apoyo al método oral e inductivo, en general, era ciertamente la concepción de la lengua como una actividad. Este concepto podría provenir de la teoría de Wilhelm von Humboldt (1767-1835) (v. Thouard 2016), pero no es posible probar una influencia directa de este autor. La idea de la lengua como energeia, eso quiere decir una actividad creativa permanente que no puede describirse en un estado fijo, aparece en las obras de muchos autores de la época. Siguiendo las indicaciones del mismo Viёtor, debía al orientalista Archibald Henry Sayce las publicaciones, las cuales había probablemente conocido durante su estancia como profesor de alemán en la Universidad de Liverpool. No cita exactamente la obra de Sayce donde había encontrado la idea que uno no puede describir el vocabulario de una lengua porque está cambiando continuamente, pero en la gramática de la lengua asiria encontramos el siguiente pasaje:
A dictionary, in the true sense of the word, is impossible: we can have only a vocabulary which is being continually enlarged and corrected. (Sayce 1872. V. también Sayce 1877)
El concepto de 'creatividad lingüística' por medio del cual se produce continuamente nuevas palabras en relación con el desarrollo de los conocimientos de los seres humanos era muy corriente en la época y de este modo, Sayce no tenía que tomar prestado el concepto de 'creatividad lingüística' de Wilhelm von Humboldt, que había proclamado la identidad del lenguaje y del pensamiento y, de esta manera, otorgado una visión del mundo determinada por las lenguas particulares, se encontraba en conflicto con la aplicación de un método de enseñanza de lenguas extranjeras que rechazaba tomar en cuenta la lengua materna.
Otra idea presente en el escrito de Viёtor y que estaba muy extendida en su época era la concepción de la lengua como un todo orgánico que resiste al despedazamiento en palabras y reglas gramaticales. Esta idea aparece también en la obra de Humboldt (1903-1936, IV,3. V. Haßler 1991, 120), pero había tomado forma autónoma bajo la denominación de organismo introducida por muchos autores (v. Haßler 2017):
[…] sie [die Sprache] muß in jedem Augenblick ihres Daseyns dasjenige besitzen, was sie zu einem Ganzen macht. Unmittelbarer Aushauch eines organischen Wesens in dessen sinnlicher und geistiger Geltung, theilt sie darin die Natur alles Organischen, dass Jedes in ihr nur durch das Andre, und Alles nur durch die eine, das Ganze durchdringende Kraft besteht[7]. (Humboldt 1903-1936, IV, 3. V. Haßler 1991, 120)
En una perspectiva vitalista, el término organismo fue introducido por Friedrich Schlegel (1772-1829) en 1808. Este erudito llamó lenguas orgánicas a la lengua india y la griega porque contienen un principio vivo en su desarrollo. Las comparaba con una vegetación abundante y fecunda (Schlegel 1837, 47). La conexión con la biología evolucionista parece garantizar el carácter científico de la lingüística. Esta conexión produjo un neologismo en la lingüística, la morfología, que deviene de más en más por la importancia en los esfuerzos de los lingüistas que querían construir una teoría evolucionista del lenguaje, realizando un estudio comparado y sistémico de las lenguas (v. Séguy-Duclot 2011, 9).
Esta idea vitalista no era la base de todos los trabajos que tenían la palabra organismo en sus títulos o que pretendían describirlo (v. Klippi 2010). En la mitad del siglo XIX, en Alemania, el concepto de 'organismo' aparece en descripciones de lenguas destinadas a la enseñanza, por ejemplo, en Becker (1841), Schmitt (1851), Schraut (1852), Braubach (1853).
Primero, el uso del concepto de 'organismo' no deriva de una metáfora a partir del organismo de un ser biológico, sino más bien de la comparación con otro organismo compuesto de varios elementos que forman un todo. En el libro de Braubach, destinado a ser utilizado en la enseñanza, la palabra organismo está fuertemente ligada a la simetría del sistema:
Spricht man von Organismus der Sprache, so sollte sich von selbst verstehen, daß man auch der den einzelnen Gliedern der Organismus eigenen Symmetrie nachgehen muss[8]. (Braubach 1853, X)
Esta posición no fue aceptada unánimemente en la mitad del siglo XIX, lo que se puede comprobar mediante los trabajos de autores menores, como el Organismo de la lengua de Becker, dedicado a Humboldt, en el cual el autor declara que la actividad de hablar proviene de la necesidad interna de la vida orgánica del hombre:
Die Verrichtung des Sprechens geht mit einer inneren Nothwendigkeit aus dem organischen Leben des Menschen hervo: denn der Mensch spricht, weil er denkt; und mit der Verrichtung des Denkens ist zugleich die Verrichtung des Sprechens gegeben. (Becker 1841, 1-2)[9]
En la definición de lo que se puede considerar como organismo natural había muchas diferencias. Mientras que Humboldt suponía un principio creativo que aseguraba la conexión del organismo como totalidad individual, la lingüística de la segunda mitad del siglo XIX se refería a un organismo bajo una perspectiva meramente naturalista.
4. Viёtor y la influencia de Schleicher
El concepto de la lengua como organismo espiritual, cuyo motor es la fuerza creativa del genio de la nación, fue sustituido por August Schleicher (1821-1868) por la definición de la lengua como organismo natural. El inicio de este organismo natural sería trazable a una primera célula lingüística indiferenciada (Schleicher 1869 [1860], 1863, 1868, v. Schlanger 1995 [1971]: 129).
La lectura de Darwin inspiró a Schleicher en su trabajo La teoría de Darwin y la ciencia del lenguaje publicada en 1863. Se trata de una carta abierta a Ernst Haeckel (1834-1919) en la cual aplica el concepto 'la lucha por la vida' a la vida de las lenguas y sugiere la transferencia de categorías de las ciencias naturales a la lingüística. Declara nítidamente que la glótica o la ciencia de la lengua sería una ciencia natural:
Les langues sont des organismes naturels qui, en dehors de toute volonté humaine et suivant les lois déterminées, naissent, croissent, se développent, vieillissent et meurent; elles manifestent donc, elles aussi, cette série de phénomènes qu'on comprend habituellement sous le nom de vie. La glottique ou science du langage est par suite une science naturelle; sa méthode est d'une manière générale la même que celle des autres sciences naturelles[10]. (Schleicher 1980 [1863], 61-62])
En su polémico artículo, Viёtor cita a varios lingüistas sin analizar sus teorías, pero rinde homenaje, sobre todo, al lingüista naturalista Schleicher al que considera una autoridad importante. La concepción de la lengua como una criatura orgánica sujeta a las leyes de la evolución era compatible con el camino inductivo del aprendizaje de una lengua.
Viёtor parece conocer, sobre todo, el trabajo de Schleicher sobre la lengua alemana (Schleicher 1869 [1860]). En este libro, Schleicher se opone claramente a la enseñanza de la gramática practicada en las escuelas que produciría un horror con respecto a la gramática y que no conduciría al conocimiento de la lengua. Schleicher denomina la memorización de formas, practicada en las escuelas por la palabra supercompuesta Jugendlustverderber que significa 'detractor de los placeres de la juventud' y le niega la capacidad de enseñar el genio de la lengua. Este genio que consiste en el organismo de la lengua no se puede adquirir, faltando una enseñanza adecuada y libros sobre la lengua, comprensibles para el gran público:
Vom Wesen der Sprache, ihren Formen, Sippen u.s.f. weiß man aber in der Regel so viel als gar nichts; wer vom Bau der Sprache und von der wissenschaftlichen Darstellung derselben, von Grammatik, hört, wendet sich in der Regel von der dadurch geweckten Erinnerung an die qualvollen Zeiten, als j'aime, tu aimes, mensa, mensae, týpto, týpteis und andere Jugendlustverderber memorirt werden mußten, gerne wieder ab, freut sich mit dergleichen trocknem Kram nichts mehr zu schaffen zu haben und bedauert von Herzen den Mann, der „Grammatik" sich zur ausschließlichen Lebensaufgabe gemacht hat. In der Art und Weise, wie bis jetzt der Sprachunterricht fast allgemein erteilt wird, liegt allerdings eine Berechtigung dieses gelinden Horrors vor Grammatik, daß man vom Wesen der Sprache so wenig kennt, vom Organismus derselben so mangelhafte Anschauungen hat, ist theils die Folge des üblichen Schulunterrichts, theils ist aber auch der Grund darin zu suchen, daß es an allgemein verständlichen Büchern über sprachliche Dinge noch so gut als völlig gebricht[11]. (Schleicher 1869 [1860], 3-4)
El organismo de la lengua está concebido como un organismo natural, comparable a las plantas y a los animales. Schleicher utiliza varias metáforas, entre otras la 'vida de la lengua' que refleja más completamente su concepto. La formación de una lengua es para él una actividad del hombre que precede la historia (Schleicher 1869 [1860], 35). Con el inicio de la historia, la decadencia de la lengua empezaría y se proseguiría durante toda la historia (Schleicher 1869 [1860], 37):
Das Leben der Sprache zerfällt also vor allem in zwei völlig gesonderte Perioden: in die Entwicklungsgeschichte der Sprache: vorhistorische Periode, und in die Geschichte des Verfalles der sprachlichen Form: historische Periode[12]. (Schleicher 1869 [1860] 37)
Atribuir esta paralelización de la vida de los hombres y de la vida de las lenguas a Viёtor sería, por supuesto, una exageración. El objetivo de Viёtor, la reforma de la enseñanza de las lenguas, era mucho más modesto. Pero la concepción vitalista y holística de la lengua que quiere explicar la forma y la función a partir del sonido era algo común a Viёtor y a Schleicher.
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[1] 'Por lo menos una vez, en la educación elemental, la gramática alemana es una tortura inútil que no se entiende; no puede ser instructiva para el espíritu; y uno no puede imaginar que los niños aprendan a partir de eso un alemán vivo' (trad. de la autora).
[2] 'La escritura tiende un velo sobre la lengua, ella no es un vestido, sino un disfraz' (trad. de la autora).
[3] 'No obstante sería mejor (y esto es el final de la canción) que cada uno hable “la lengua escrita que se tenga en común y el lenguaje coloquial a un alto nivel”, “este tesoro inestimable”, como se quiera hablar. Esto le requiere el gran Schleicher [...]' (trad. de la autora).
[4] 'Por lo tanto, no se puede poner a la gramática de una lengua un cierto número de reglas fijas que, una vez establecidas por un gramático, funcionarían inalterablemente como las leyes de Media y de Persia. Al contrario, la gramática es lo que la sociedad hace de ella; lo que estaba en moda ayer se olvida hoy, y lo que es correcto hoy, será falso mañana' (trad. de la autora).
[5] 'La forma y el sentido son indivisibles, como el cuerpo y el alma, forman ambas la lengua, y la escritura no es más que su vestido' (trad. de la autora).
[6] 'El sentimiento de unidad que se manifiesta en todos los países produce la necesidad de un tipo único para cada lengua nacional, no solamente en la escritura (lo que ya existe), sino también en la pronunciación (lo que está todavía lejos de realizarse completamente). Por otro lado, quien consagra largos años al estudio de una lengua tiene el derecho de exigir que se la enseñe de la manera más pura' (trad. de la autora).
[7] '[…] Ella [la lengua] debe poseer en todo momento de su existencia aquello que la hace un organismo. Como expresión inmediata de un ser orgánico en cuya validez sensorial y mental comparte la naturaleza de todo lo orgánico que existe en ella solo por el otro, y todo solo por la fuerza única que penetra el todo' (trad. de la autora).
[8] 'Si uno habla del organismo de una lengua, se entiende por si solo que se debe estudiar la simetría de los diferentes elementos del organismo' (trad. de la autora).
[9] 'La actividad de hablar proviene de la necesidad interna de la vida orgánica del hombre, pues el hombre habla porque piensa; y con la ejecución del pensamiento se realiza al mismo tiempo el hablar.' (trad. de la autora).
[10] 'Las lenguas son organismos naturales que, fuera de toda voluntad humana y siguiendo las leyes determinadas, nacen, crecen, se desarrollan, envejecen y mueren; por lo tanto, ellas manifiestan también esta serie de fenómenos que se entiende habitualmente bajo el nombre de vida. La glótica o ciencia del lenguaje es, por consiguiente, una ciencia natural; su método es de una manera general el mismo que el de otras ciencias naturales' (trad. de la autora).
[11] 'Del ser de la lengua, de sus formas, de su parentesco con otras lenguas, etc. se sabe normalmente casi nada; quien entiende algo sobre la estructura de la lengua y de su exposición científica, de gramática, evita recordar los tiempos dolorosos cuando tenía que memorizar [las formas verbales] j’aime, tu aimes, mensa, mensae, týpto, týpteis y otros detractores de los placeres de la juventud, y se alegra de no tener nada más que ver con un material tan seco y lamenta profundamente al hombre que ha hecho de la “gramática” su tarea exclusiva de la vida. Sin embargo, en la forma en que se ha impartido la enseñanza de idiomas casi en forma general hasta ahora, se justifica este leve horror ante la gramática, el hecho de que se conozca tan poco la naturaleza de la lengua y se tenga una visión tan deficiente de ella como organismo es, en parte, una consecuencia de la enseñanza escolar normal, pero en parte la razón también se encuentra en el hecho de que se carece de libros generalmente comprensibles sobre cuestiones lingüísticas' (trad. de la autora).
[12] 'La vida de la lengua se divide así en dos períodos completamente separados: la historia del desarrollo de la lengua: el período prehistórico, y la historia de la decadencia de la forma lingüística: el período histórico' (trad. de la autora).